miércoles, 22 de mayo de 2013
LA CABEZA VISIBLE Y PERPETUA DE LA IGLESIA
1.
Después del Vaticano II surgieron entre las ovejas de Cristo, "nuevos Cristos", con
doctrinas nuevas opuestas a las universales y perpetuas de la Iglesia. Entre los
aparentemente opuestos a las herejías del Vaticano II, pregonan:
• El papa podría ser fiel o infiel.
• Igualmente podría existir o no
existir.
Unos aceptan de hecho y de derecho
al hereje público, como papa verdadero; otros lo aceptan como papa verdadero pero material. Otros
pretenden una verdadera Iglesia acéfala, sin Cabeza visible, sin unidad de fe y
de gobierno. Unos "no aceptan"
la vacancia por herejía; otros "no
aceptan" extinguir la vacancia. O se acepta la Cabeza hereje o se
permanece sin cabeza. Unos rechazan la unidad de fe; otros la de gobierno.
Portando los ritos de San
Pio V, unos se denominan como "tradicionalistas";
y otros como "sedevacantistas".
Ambas facciones se apartan del Pastor
visible, perpetuo, fiel, y llevan a las ovejas hacia la libertad e igualdad
religiosa, colocando sus propios juicios, voluntades y acciones sobre el juicio
y voluntad divina que manda la existencia de perpetuos Sucesores de Pedro, visibles;
y no obispos no subordinados al poder divino.
2.
La Constitución dogmática "Pastor
aeternus" del Concilio Vaticano I establece cuatro anatemas contra la
acefalia de la Iglesia.
• Todos los fieles deben estar
unidos en una fe y un gobierno, por una sola Cabeza visible, monárquica, con un
poder recibido directamente de Cristo y no del clero y del pueblo (D.S. 3055).
• Por Derecho divino la Iglesia debe
tener "perpetuos Sucesores"
de Pedro, como "fundamento perpetuo"
de la Iglesia (D.S. 3058).
• Todos los pastores de la Iglesia, y
no solo los fieles, deben obediencia al Pastor de los pastores pues no son
autónomos, libres e independientes (D.S. 3064).
• Las doctrinas de la Iglesia son
infalibles por si, por la autoridad de Dios, y no por el "consenso" de los hombres entre si, del clero o del pueblo
(D.S. 3074).
Son cuatro anatemas contra la
acefalia de la Iglesia, contra la libertad religiosa en relación al Sucesor de
Pedro, contra la igualdad religiosa, contra el juicio humano opuesto al divino. Es
imposible una Sociedad unida sin forma y fin, sin el principio visible de la unión.
Es imposible que un edificio no se derrumbe si se retira su fundamento.
3.
Entretanto vemos, principalmente en los Estados Unidos, decenas de obispos que
se dicen católicos, que no están unidos entre si, no tienen unidad de fe y no quieren
la unidad de gobierno, una Cabeza visible a la cual deban obediencia. Quieren una
unión de grupos sin subordinación jerárquica a una Cabeza única visible. Tal
autonomía e independencia individual es la misma libertad e igualdad religiosa
que San Pio X condenó (Notre charge apostolique).
Pio VI condenó la herejía jansenista que dice: Todo poder viene del hombre, del pueblo, del clero, de las iglesias y no de Dios. (D.S. 2603). Tal estado de cosas viola la unidad de fe y la unidad de gobierno, dos unidades básicas de la Iglesia visible y perpetua fundada por Cristo y que debe durar hasta el fin de los siglos.
Pio VI condenó la herejía jansenista que dice: Todo poder viene del hombre, del pueblo, del clero, de las iglesias y no de Dios. (D.S. 2603). Tal estado de cosas viola la unidad de fe y la unidad de gobierno, dos unidades básicas de la Iglesia visible y perpetua fundada por Cristo y que debe durar hasta el fin de los siglos.
4. Hace medio siglo así se dispersaron las
ovejas dentro del Americanismo, una "iglesia
diferente" condenada por León XIII (Testem benevolenciae). Estos obispos declaran que "su trabajo no tiene por objetivo
extinguir la vacancia", cumplir el "deber
santísimo y gravísimo de extinguir la vacancia" (San Pio X). Desprecian
los dogmas de fe y los deberes de acción impuestos por ellos, como si fuera un juicio
humano libre el conclavismo: "cosa
absurda, imposible, decisión de grupo, contra la fe".
5. Por la
promesa de Cristo a la Iglesia, contra las puertas del Infierno, no existe mas acción
de los enemigos visibles e invisibles de la Iglesia que el apartar los dogmas
de fe sobre los cuales Cristo construyó su Iglesia. La Iglesia, como sociedad
divina y perfecta, tiene en si y por si todos los medios necesarios y
suficientes para permanecer incólume y para obrar.
No se rechaza el Dogma por un acto "práctico", desligado de las doctrinas de la fe y de la forma y fin divinos de la Iglesia. El dogma de fe, definido contra los protestantes y jansenistas que Dios no ordena cosas imposibles. Tales alegatos proceden de los herejes, de los divididos de la unidad de fe. Quien rechaza la Cabeza visible de la Iglesia rechaza también, "ipso facto", la Cabeza divina invisible. Substituye la obra divina perfecta por una obra humana imperfecta. Los herejes monofisitas acéfalos, encontraron en el siglo XX nuevos compañeros en la misma herejía. Quien quiera seguir los hombres y no a Dios, con otro evangelio, que no existe, sea anatema (San Pablo, Gal.I, 8-9).
No se rechaza el Dogma por un acto "práctico", desligado de las doctrinas de la fe y de la forma y fin divinos de la Iglesia. El dogma de fe, definido contra los protestantes y jansenistas que Dios no ordena cosas imposibles. Tales alegatos proceden de los herejes, de los divididos de la unidad de fe. Quien rechaza la Cabeza visible de la Iglesia rechaza también, "ipso facto", la Cabeza divina invisible. Substituye la obra divina perfecta por una obra humana imperfecta. Los herejes monofisitas acéfalos, encontraron en el siglo XX nuevos compañeros en la misma herejía. Quien quiera seguir los hombres y no a Dios, con otro evangelio, que no existe, sea anatema (San Pablo, Gal.I, 8-9).
MAGISTERIO DOGMATICO Y PERPETUO
1)
Concilio Vaticano I
1.
"Aquello que Cristo Señor instituyó
en San Pedro (...) para perpetua salud y
bien de la Iglesia, esto, siguiendo al mismo Creador, en la Iglesia que se
funda sobre esa piedra y que hasta el fin
de los siglos estará firme, es necesario que perdure perpetuamente".
2.
"No es dudoso para nadie, mas
cosa notoria en todos los siglos, que San Pedro -Príncipe y Cabeza de los
Apóstoles, columna de la fe y fundamento
de la Iglesia Católica- recibió de las
manos de Nuestro Señor Jesucristo, Salvador y Redentor del género humano, las
llaves del reino y que él, hasta el
presente, siempre vive, preside y juzga a sus Sucesores, obispos de la
Santa Iglesia de Roma, por él fundada y consagrada por su sangre".
3. La disposición de la verdad permanece
y persevera en la fortaleza de piedra
que de él recibió, y no abandona a San
Pedro en el timón de la Iglesia.
4. En razón de su mas poderoso principio, siempre fue necesario que toda Iglesia se uniese a la Iglesia
Romana, esto es, que los fieles de todas las partes se unan a esta Sede, donde proceden todos los derechos de
comunión, como en un solo Cuerpo donde los
miembros se unen a su Cabeza.
5.
"Si alguien dice que no es de
institución divina que San Pedro tenga perpetuos
Sucesores en el Primado sobre toda la iglesia (...). Sea anatema (D.S.
3058).
6.
El Pastor eterno y obispo de nuestras
almas, para volver perene la obra
salutífera de la redención, decretó edificar la santa Iglesia, en la cual,
como en la casa de Dios vivo, estuviesen todos los fieles unidos por el vínculo de una fe y de Caridad.
7.
Porque, antes que fuera glorificado pidió al Padre, no solo por los Apóstoles, sino
también por los que por la palabra de ellos creerían en él, para que todos sean uno, como el Hijo y el Padre
son uno.
8.
Así pues, él envió a los Apóstoles a predicar al mundo, como Él fue enviado por
el Padre. Así también quiere él que, hasta
la consumación del siglo, en la Iglesia, existan pastores y doctores.
9.
Más, para que el propio episcopado sea uno e indivisible por medio de sacerdotes coherentes entre si, y toda la multitud de
los creyentes sea conservada en la
unidad de fe y de comunión. Colocó Jesucristo a San Pedro al frente de los demás
Apóstoles, instituyó en él un principio perpetuo
y un fundamento visible de una y de otra unidad, sobre cuya fortaleza fue
construido un templo eterno; y surge en la
firmeza de esta fe la sublimidad de la Iglesia que debe ser elevada hasta
el cielo.
10.
Y dado que las puertas del Inferno se levantan, para destruir si fuese posible la
Iglesia, por todas las partes con odio cada día mayor, contra el fundamento
divinamente constituido, juzgamos ser
necesario para la guarda, la incolumidad
y el aumento del rebaño católico, proponer, con la aprobación del sagrado
Concilio, la doctrina sobre la institución, la perpetuidad y la naturaleza del sagrado primado apostólico, en
el cual consiste toda la fuerza y
solidez de toda la Iglesia, para que sea creída y mantenida por todos los
fieles, según la antigua y constante fe
universal de la Iglesia y proscribir y condenar los errores contrarios o
perniciosos al rebaño del Señor.
11.
"Por tanto, si alguien dice que San
Pedro Apóstol no fue constituido por Jesucristo príncipe de todos los Apóstoles
y Cabeza visible de toda la Iglesia
militante (...) sea anatema"
(D.S. 3055).
12. "Si
alguien dice que el Romano Pontífice (...) no tiene la plenitud del poder
supremo y que su poder no es ordinario e inmediato, en todas y en cada una de
las iglesias, sobre todos y cada uno de los pastores y fieles, sea anatema"
(D.S. 3064)
13. "Las definiciones
del Pontífice Romano son irreformables por si mismas y no por el consenso de
la Iglesia. Si alguien contradice esta nuestra definición, sea anatema"
(D.S. 3074-3075)
2) León XIII “Immortale
Dei”
14. "La Iglesia, por su
género y por Derecho, es una sociedad perfecta, por voluntad y acción de su
Fundador, posee todos los medios necesarios para su incolumidad y obrar"
(D.S. 3167).
3) León XIII – Diuturnum
illud
15. "Obliga la necesidad
que existan en toda comunidad personas que manden, para que, sin un principio o
cabeza que la gobierne, no sea privada de conseguir el fin para el cual ella nació
y fue constituida".
16. "Es excelsa y llena de gravedad la sentencia de San Pablo
a los Romanos: No existe poder que no sea procedente de Dios; donde la
autoridad es ministra de Dios (Rom. XIII, 1-4). Esto se refiere a toda especie
de poder. Esto es tan conocido que los sacerdotes de todos los pueblos son
tenidos como ministros de Dios".
17. "Existe
apenas una causa para no obedecer al ministro de Dios: cuando ordena algo abiertamente
contra el Derecho Natural o divino. Por cuanto es ilícito mandar y es ilícito
obedecer violando la ley natural o la voluntad de Dios".
18.- Si alguien es obligado a escoger entre despreciar los mandamientos de Dios, o los de su
gobernante, ordena Jesús: "Dad al
César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios" y, con ánimo,
responder como los Apóstolos: "Es
necesario obedecer a Dios antes que a los hombres" (At. V, 20).
4) Concilio de Trento
19. "Si
alguien dice que los preceptos de Dios son imposibles de ser cumplidos, sea anatema".
20. Nadie debe juzgarse libre de la
observancia de los mandamientos; nadie debe usar aquella sentencia temeraria y
prohibida bajo anatema por los Santos Padres: “que los preceptos de Dios son imposibles de ser observados"
(D.S. 1536).
5) Inocencio X
21. "Algunos preceptos de
Dios, para los hombres justos que se esfuerzan, según sus fuerzas, son imposibles
y les falta la gracia para que se vuelvan posibles". "Tal sentencia es
temeraria, impía, blasfema, condenada con anatema y la declaramos herética y
como tal la condenamos" (D.S. 2001 - 2006).
6) Pio VI, Super soliditate Petri
22. "Los
Santos Padres, unánimemente veneran la Sede de Pedro como la única constituida en
la cual debería de ser conservada por todos la unidad. De la que dimanan
para todas las otras iglesias los derechos de una veneranda comunión. Es
necesario que en ella se unan todos los fieles donde quiera que estén".
23. "Este
hombre recibió de Dios las llaves del reino de los cielos, con el poder de atar
y desatar. Él es aquel a quien ningún otro obispo se le
puede igualar. Es aquel de quien los otros obispos reciben su autoridad, así
como él recibió de Dios su suprema autoridad. Es el Vicario de Cristo, la Cabeza
visible de la Iglesia, el supremo Juez de los fieles".
24.
"Las llaves del reino de los cielos,
para ser comunicadas a los otros obispos. Tertuliano, Optato de Milevi no dudaron
en proclamar que solo Pedro las recibió".
25. "La sentencia que establece que el
Romano Pontífice es Cabeza ministerial, que él recibe el poder de ministerio,
no de Cristo, en la persona de San Pedro, sino de la Iglesia, por lo cual, como
Sucesor de Pedro, como verdadero Vicario de Cristo y Cabeza de toda la Iglesia
tiene poder sobre toda la Iglesia, es herética" (D.S. 2603).
7)
San Pio X – “Vacante Sede Apostólica”
26. "Estando vacante la Sede Apostólica, la
cosa mas grave y mas santa, es elegir el Pastor Supremo; la Cabeza de todo el rebaño
del Señor para, de este modo providente y sabio, gobierne la Iglesia Católica,
el cual, siendo Sucesor de San Pedro, exarca en la Tierra de Cristo
Jesús".
8)
León XIII – “Satis Cognitum”
27.
"Es imposible imaginar una sociedad perfecta
no gobernada por un poder soberano".
28.
"Si el cimiento desaparece el
edificio desploma".
29. "Cristo estableció en la Iglesia
todos los principios naturales que la vuelven entre los hombres una sociedad
capaz de alcanzar la perfección de la cual es capaz su naturaleza".
30.
"Estando la Iglesia fundada sobre
Pedro, sea cual sea la violencia y habilidad de los enemigos visibles o invisibles
de Cristo, nunca podrá ella sucumbir, o desfallecer, en lo que sea".
31.
"Siendo la Iglesia un "Coetus fidelium" ella requiere
la unidad de fe para ser una. Siendo ella una sociedad constituida divinamente,
ella requiere, por Derecho divino, la unidad de gobierno que produzca y comprenda
la unidad de comunión".
32.
"Nada mas peligroso que conservar la
integridad de la doctrina en todo, pues, por una sola palabra se puede corromper
la pureza de la fe recibida de los Apóstoles".
33.
"Nada existe de mas grave que el sacrilegio
del cisma".
34.
"El conjunto de los Apóstoles no tiene
autoridad sobre Cristo. El conjunto de las ovejas no gobierna al Pastor. No es el
colegio de los obispos el fundamento sobre el cual el Sucesor de Cristo debe
apoyarse".
35. "Para no ser hereje es necesario
satisfacer en todo a la Iglesia Romana y no a esta o aquella persona. Una persona
debe ser pía y ortodoxa según la Sede de Pedro. Es inútil persuadir a las personas
que tiene su propia opinión y no la de la Sede Romana".
36. "Es necesario que los obispos tengan
unión con la Sede de Pedro. Sin ella la multitud se disgrega y no constituye un
solo cuerpo y existirán tantos cismas como sacerdotes".
37.
"Sin la sumisión a la Sede de Pedro el
orden de los obispos se dispersa en una multitud confusa y desordenada".
38.
"Los Apóstoles no se pueden retraer y
aislar cada uno en su sede. Es cismático y prevaricador quien levanta otra
cátedra, contra la única Cátedra de Pedro".
39. "La herejía y el cisma nacen del rechazo
a la obediencia debida a la Cátedra de Pedro. La fuente única es que no se quiere en la Iglesia un solo Pontífice,
un solo Juez que ocupe el lugar de Cristo".
40.
"Quien no está unido a Pedro no tiene
parte en la autoridad. Es absurdo que un hombre separado de la Iglesia tenga
autoridad en la Iglesia".
41.
"Siendo la autoridad de Pedro parte
de la Constitución y ordenación de la Iglesia; el elemento principal; el
principio de la unidad; y perpetua seguridad; no podía ella desaparecer con
Pedro".
42.
"En razón de su superioridad debe
necesariamente toda las Iglesias unirse a la Iglesia Romana".
43.
"De la Sede Romana nace la unidad
sacerdotal; porque ella es la causa eficiente de esa unidad en la sociedad
cristiana"
44.
"Debe mantenerse siempre en la Iglesia
Romana el primado de la Cátedra de Pedro. No se puede creer que guarde la fe
católica quien no guarda la fe romana. Estar en comunión con el papa (fiel) es
estar en comunión con la Iglesia Católica".
45. "Siempre la religión católica fue
conservada sin mancha en la Sede Apostólica" (D.S. 3070).
46.
"Las dificultades sobre la Fe deben
ser resueltas por la Sede de Pedro".
47.
"La autoridad de los obispos no es
plena; no es universal; no es suprema".
48.
"Nada fue conferido a los Apóstoles
de modo independiente de Pedro".
49.
"Si se quita el vínculo de sumisión a la Sede de
Pedro, el pueblo cristiano será una multitud que se dispersa; y no formará un solo
cuerpo y un solo rebaño".
50.
"Solamente Pedro fue designado por
Cristo como fundamento de la Iglesia".
51.
"Si los obispos se separan de Pedro
o de sus Sucesores, pierden el derecho y poder de gobernar".
52.
"Quien levanta otra cátedra contra
esta única es cismático y prevaricador".
53.
"Quien esta contra la Cátedra de
Pedro no tiene las llaves del reino de los cielos".
54
"El Orden de los obispos no puede
ser considerada unida a Pedro sino por su sumisión y obediencia. Sin esto se
dispersa".
55. "Todos los rebaños fueron confiados a
Pedro; no solo el de las ovejas, sino también el de los pastores. Él es el único Pastor de todos. Él apacienta
las ovejas y los corderos".
56. "Las puertas del infierno no prevalecerán
sobre toda la Iglesia universal; sino, aisladamente, las partes pueden ser
vencidas".
57.
"El Pontífice Romano juzga a todos los
obispos de todas las iglesias; pero él no es juzgado por nadie".
58.
"No existe autoridad mayor que la de
Pedro. No es lícito juzgar sobre sus sentencias".
59.
"No están en la Iglesia, los que juzgan
sobre Cristo como está en las Escrituras, si no viven en comunión con la unidad
de la Iglesia".
60. "De nada vale honrar a Dios y a su Hijo,
si se blasfema contra su Iglesia".
9)
Pio XI – “Mortalium animos”
61.
"Acaso faltará a la Iglesia algo en
cuanto a la virtud y a la eficacia no perenne, del cumplimiento de su
generosidad, cuando el propio Cristo, solemnemente ha prometido, estar siempre presente:
"He aquí que estoy con ustedes
todos los días hasta la consumación de los siglos?"
62.
"No puede ocurrir que la Iglesia de
Cristo no exista hoy y en todo tiempo completamente la misma que existió en
la época de los Apóstoles. A no ser que deseemos afirmar - que esta lejos de nosotros
- que Cristo Señor no fue bastante para lo que propuso; o que erró cuando afirmó
que las puertas del inferno no prevalecerían contra ella".
63.
"Acaso podemos tolerar, lo que seria
bastante inicuo, que la verdad y, en especial la revelada, sea disminuida a
través de pactos?"
64.
"Cristo envió los Apóstoles a
todo el mundo, a todos los pueblos que debían ser instruidos en la fe
evangélica y para que no errasen en nada, quiso que toda la verdad les fuera
enseñada antes por el Espíritu Santo, ¿acaso esta doctrina de los Apóstoles, no
fue completa o fue perturbada alguna vez en
la Iglesia donde el propio Dios está presente como regente y guardián?”
65.
"Si esto fuese verdad, se debería decir
igualmente del Espíritu Santo que descendió sobre los Apóstoles y de la perpetua permanecía de Él en la Iglesia
y de la predicación de Cristo, ya hace muchos siglos, perdiera toda su eficacia y utilidad. Sin duda es blasfemo afirmar esto.
LAS
OBJECIONES DE LOS HERÉTICOS
1)
La división en la fe
"No elegimos un papa
porque estamos divididos".
Quien está separado de aquello que es dogma de fe,
del derecho divino y deber definido, está separado de la unidad de fe y de gobierno.
Quien se separa en un punto; se separa en todos los puntos, a pesar de
aparentar aceptar todo lo demás. Acepta lo que quiere por su libre arbitrio y no
somete su juicio y voluntad a la autoridad divina. No hace lo que debe porque
no cree como debe. Eleva su juicio, voluntad y acción sobre el juicio y voluntad
de Dios que impera la acción. Las
verdades de fe no proceden del consenso de los teólogos, de los hombres, del pueblo,
de las iglesias. Tal doctrina es la base de la falsa religión del Ecumenismo (Pio
XII). Está bajo anatema quien no se somete al Pastor de los Pastores, quien presenta
la falta de consenso humano para rechazar el principio visible de la unidad de
fe y de gobierno, "fundamento perpetuo"
de la Iglesia, hasta el fin de los tiempos. Cristo y el Espíritu Santo no dejaran
de dar asistencia a la Iglesia. El clero y el pueblo no juzgan las sentencias
de la Sede de Pedro. El consenso de los hombres "entre si", en la insumisión a la autoridad divina es
contra el deber de seguir a Cristo-Dios y no a los hombres (San Pablo, Gal I, 8-9).
Si un bautizado niega lo que debe ser creído, es hereje (Can. 1325, 2). Está
separado de la Iglesia por su delito (D.S. 3803). Tal argumento significa: no
quiero elegir un papa fiel porque estoy separado de la unidad de fe. Se Divide
si se opone a la unidad de fe y de gobierno.
2)
Cuestión libre
"Es cosa dudosa, cuestión
abierta, no existe Magisterio dogmático y canónico sobre esto; es materia de libre discusión entre los teólogos".
Tales sentencias son falsas. No quieren ver el Magisterio
dogmático y canónico de la Iglesia. Cambian lo cierto por lo incierto; no se someten
al Magisterio universal y perpetuo de la Iglesia. Quieren compatibilizar verdad
y error; fe y herejía. Quieren someter la autoridad de Dios a "discusión" y al "consenso" de los hombres
(D.S. 3047), sin someterse al Pastor supremo visible (D.S. 3060). La unidad bajo
la Cabeza fiel y visible de la Iglesia excluye cualquier otra declaración o
sentencia humana opuesta. San Símaco, Adriano II, Inocencio III, Paulo IV, San
Pio V, León XIII y Pio XII establecen el Magisterio visible y perpetuo de la Iglesia.
Nada es mas claro que el Canon 188, 4. No existe "el derecho de discutir lo que viene de Roma" si el papa es
válido, como afirma un Arzobispo francés. Después que la Sede de Pedro enseñó
algo universalmente, tal materia ya no es de libre discusión, ni puede ser
objeto de "duda". Quien duda
es hereje (Can. 1325, 2). "Adquiere para si la condenación (Rom XIII, 1-2).
En cuestión de fe, ni San Agustín, ni San Jerónimo pueden levantar su juicio
contra la Sede de Pedro. Solo la Sede de Pedro decide; no los hombres "entre si". Falsos "tradicionalistas", siguen el juicio
propio de un hereje; o falsos sedevacantistas, siguen el juicio propio de otro
hereje; contra el "deber de creer"
en el Magisterio universal; o contra el deber de obrar según este Magisterio
dogmático. La "decisión de
grupo" de los fieles, subordinados a la autoridad divina, no es la "decisión de grupo" de los
infieles que rechazan tal sumisión. Tales personas no creen en la autoridad
divina perpetua del Magisterio dogmático de la Iglesia. La situación actual no cambia
el Magisterio perpetuo (D.S. 3020). La ley humana no cambia el Derecho divino.
No es libre la discusión entre teólogos donde la Sede de Romana ya se pronunció (Pio
XII - D.S. 3885). Dios no confió a ellos la interpretación de la Revelación
divina (D.S. 3886). Y mucho menos a "teólogos"
de sectas heréticas. Es la misma libertad e igualdad humana levantada contra el
poder divino. En cuestión de Fe: "non
nisi ad Petrum" (S. Tomás).
3)
Interpretación libre de la Revelación
Vimos un obispo "tradicionalista",
invocando la "intención de
Cristo" para defender la validez del papa hereje. Vimos un prelado "sedevacantista" invocando su exegesis personal del Apocalipsis para
oponerla al dogma de fe de los "perpetuos
Sucesores" visibles de Cristo. Fue Lutero quien pregonó ese "libre examen" contra la Sede
de Pedro. Las obras de los enemigos de Dios nada cambian en la perpetuidad del Magisterio
universal (D.S. 3020). Está bajo anatema quien lo haga (D.S. 3043). "Sea cual sea la violencia y la
habilidad de los enemigos de la Iglesia, visibles e invisibles, fundada sobre
Pedro, nunca podrá ella sucumbir o desfallecer en lo que sea" (León
XIII - Satis cognitum). Profetizó
Cristo que al fin de los tiempos sería como los días de Noé y de Lot. Solo pocos
junto con ellos se salvaran. En los días de la Pasión de Cristo, los fieles permanecían
unidos a Pedro. Si los herejes obscurecen el Sol; retiran el brillo de la Luna;
y hacen las estrellas caer de los cielos; pero no alteran el Magisterio perpetuo de
la Iglesia. El libre-examen no es el criterio universal de las verdades de la fe.
Seguimos la Cátedra de la verdad infalible, no las cátedras de los hombres falibles.
"Maldito el hombre que confía en los
hombres" (Jer. XVII, 5).
4)
Imposibilidad práctica
“Existe
imposibilidad práctica de una elección papal”
Si la causa de esa imposibilidad es la división doctrinal,
tales personas separadas ya no son fieles y están fuera de la Iglesia (D.S.
3803). El deber de ellas es el de estar unidas en el "Coetus Fidelium", con unidad de fe. La Iglesia perfecta,
obra divina, tiene todos los medios necesarios para su incolumidad y acción.
Reuniendo los miembros fieles de la Iglesia, espontáneamente, los
miembros de la sociedad de los hombres,
instituida por Dios, escogerán su cabeza visible. La cuestión es antes
tener la fe, los que violan la unidad de fe. Tal óbice procede de la
herejía y no de la
fe. Es Magisterio dogmático de la Iglesia que: "Dios no ordena cosas imposibles" (D.S. 1568). Inocencio
X condenó tal sentencia como herética, blasfema, impía, en los seguidores de
Jansénio (D.S. 2001-2006). Pio XI condenó como blasfemia afirmar que la asistencia
de Cristo y de el Espíritu Santo ya no tienen eficacia en la Iglesia (Mortalium ánimos). Los Santos Padres condenaron
tal sentencia (D.S. 1568). Tal sentencia es de los
heréticos; no de los fieles. En 2,000 años de Iglesia, siempre fue posible esa
elección. En Asís, en 1994, fue posible una elección. Si existen elecciones
erróneas eso no quita el deber de hacerlo. Si los fieles son pocos, el número
de ellos no altera el deber que a ellos compete.
5)
Duración de la Vacancia
"Si
una vacancia breve no destruye la Iglesia, una larga tampoco, porque son de igual naturaleza".
No es lo mismo la ausencia de Cabeza en
una sociedad humana por pocos días que la
ausencia de una Cabeza visible en esa sociedad por años. La pequeña duración del
acto social no tiene el mismo efecto de la duración prolongada. Si en un ejército
muere el Comando supremo en la lucha, la elección pronta
restablece la dirección suprema; mas la falta por largo
tiempo del Comando supremo favorece la acción de los enemigos del ejército de
Cristo. Si un avión queda algunos minutos sin piloto; no cae; si queda durante
largo tiempo, caerá. Si un barco queda algunos días sin piloto; con un nuevo piloto
recupera la dirección. Mas durante años y décadas sin piloto, la dirección verdadera
no es seguida. Tener una enfermedad durante algunos días; no es igual a tener
una enfermedad durante décadas. El tiempo es una forma accidental a todas las
cosas humanas; pero una causa agente durante pocos días no es cosa igual
a una causa agente durante décadas. La falta de una Cabeza visible en la
Iglesia durante algunos días, no dispersa el rebaño. Sin la Cabeza, principio
visible y perpetuo de la unión, durante años y décadas, el rebaño se dispersa. Es lo que quieren los enemigos de Dios y de la Iglesia divina. Si deben existir perpetuos Sucesores de Pedro, deben
existir perpetuos electores que extingan la vacancia.
6)
La mudanza del deber
"El deber es mantener la
unión de los fieles entre si"
Tal sentencia es la del Ecumenismo; unión sin unidad de fe; sin
subordinación a una jerarquía monárquica de Derecho divino. Se quiere una
unidad humana de los hombres "entre
si", horizontal, sin unidad de fe ni de gobierno, subordinada al
principio visible y perpetuo. Tal unión viene del "consenso" libre de los hombres, sin la autoridad divina
coactiva contra la acción de los errantes y malos. Es doctrina herética, contra
el Pastor de los pastores (D.S. 3064); la unión meramente por libre
consenso humano (D.S. 3074). Se quita el principio visible de la unidad (D.S.
3055) y el fundamento perpetuo de la Iglesia (D.S. 3063). No aceptar la vacancia
por herejía; o la no extinción de la vacancia, son dos herejías del arbitrio
herético contra Dios (Tit. III, 10-11). Los herejes tienen "unión entre si"; las religiones paganas también. El deber
cristiano en ese caso es el de la "separación"
de los infieles (2 Cor VI, 14-18).
7)
El deber es lo opuesto: no obedecer
"El deber es el abstenerse
de la acción, permanecer inerte y pasivo. Es solo orar. Dios quiere ser el
agente único. Las acciones humanas son contingentes; frustran el Plan de Dios. La
crisis es mucho mas grande".
He aquí una nueva legislación dentro del rebaño de Cristo:
no deben escoger Cabeza visible y perpetúa en la Iglesia. Al "deber gravísimo" de elección es
opuesto otro deber: no elección. En vez de la Revelación divina y el
Magisterio de la Iglesia, un nuevo "Plan
de Dios" procedente de los enemigos de la Iglesia. En vez de la
acción,
la pasividad, la inacción, abstenerse de la acción. En vez de la acción
humana
subordinada a la autoridad divina; que Dios actué solo, sin la
obediencia de
los hombres a sus preceptos y ley. Las acciones necesarias para el fin
se
vuelven innecesarias y contingentes. La oración de los fieles
subordinados a los
juicios y voluntad de Dios y de la Iglesia; es ahora la oración de los
desobedientes, de los subversivos. El deber de creer en Dios fue mudado
por el
deber de no creer. Ahora en vez de miembro del Cuerpo único de la
Iglesia; cada uno es miembro de si mismo; del juicio y voluntad libre e
independiente
de Dios. Si Dios quiere, que elija un nuevo papa; los hombres no quieren
un nuevo
Vicario de Cristo, fiel a Cristo. El "papa
malo" que no se retira de las herejias; es sustituido por el papa
hereje que, por la naturaleza de su pecado se separa de la Iglesia (D.S.
3803).
La Bula de Paulo IV no iguala a los infieles con los fieles; no iguala los pecados
contra la Moral y contra la autoridad divina, sobre lo que se debe creer. No
separa el actuar de la unidad de fe, cuando el sujeto aun no obra contra
la Fe. El gran Cisma de Occidente no fue extinguido solo con oraciones; sino tambíen con el
deber de acción. Lo grande de la crisis no quebrantó la Sede de Pedro (León XIII Satis cognitum). El Quietismo fue condenado por Inocencio XI (D.S. 2202) y por
Clementes XI (D.S. 2403). Fue condenado por el Concilio de Trento (D.S. 1554;
1562). ¿Quien es el hombre que
se aparta de Cristo, Legislador divino? (D.S. 1571) Ahí se predica el “non serviam" de Lúcifer.
8)
Determinación de los electores
"No sabemos quien son los
electores".
Quien
admite que existen electores,
admite que debe existir la elección. La forma de la elección, supone el
deber
de elegir. Ahora tal deber procede del Derecho divino, de la unidad
necesaria
de gobierno; no procede de la voluntad y de consenso humano. Es
necesario
elegir perpetuos Sucesores de Pedro, existirán por la misma necesidad de
perpetuos
electores de Pedro. Quien quiere el fin, quiere los medios. Y la Iglesia
siempre tendrá los medios necesarios para tal fin. Jamás faltaron
electores
en veinte siglos. Esos electores solo puede ser los fieles miembros de
la Iglesia,
también es de Derecho divino. El hereje no tiene voz activa para elegir,
ni voz
pasiva para ser electo. Si los votos de un hereje decidieran la
elección, ella es
nula e inválida (Can. 167,5 e § 2). En cuanto a las demás cosas relativas a la
forma de la elección; Cristo no dejo leyes electorales. Son cosas del Derecho
humano que variara durante los siglos: pueblo, clero, obispos, cardenales. Y
toda ley humana se entiende con las excepciones de los casos de necesidad, no
previstos por el legislador humano. El Canon 20 refiere el Camino jurídico para
tal caso. Las cosas urgentes en tal caso pueden y deben ser decididas por el colegio
electoral: "sententiam de opportuno
remedio disponere potest et debet" (S. Pio X: Vacante Sede Apostólica, Canon 5). Los teólogos Vitoria, Cayetano y
Billot dejaron normas jurídicas para extinguir la vacancia,
que no puede ser perpetua en una Sede que debe durar perpetuamente. El poder de
Orden no es indicio de fidelidad por cuanto él permanece en
los herejes y cismáticos. El conclave que existió en el Concilio de
Constanza, extinguiendo el gran Cisma de Occidente, eligiendo un papa válido, es
un ejemplo normativo para casos semejantes. Los principios generales del Derecho
son aplicables: "Es imposible una Sociedad
de hombres sin una Cabeza que la gobierne" (León XIII, Diuturnum illud). Los electores no tienen
la autoridad del cargo para el cual eligen una persona. En el caso papal ella
viene directa e inmediatamente de Dios y no de los votos humanos que eligen la
persona que ocupará el cargo, si lo acepta. Que no se objete que los
electores están: "llenos de errores".
Los que se subordinan al Magisterio infalible de la Sede de Pedro participan ahí
de la infalibilidad de la Iglesia. Ellos no erran violando las leyes humanas en
casos de necesidad: "El sábado fue hecho
para el hombre y no el hombre para el sábado". El número pequeño de electores
no afecta la validez de la elección. La elección es deber de todos los fieles.
Es profecía de Cristo que los fieles serán pocos en el
fin de los tiempos, como en los días de Noé y de Lot. El Positivismo ateo enseña que el Derecho procede del "número
de fuerzas materiales", de los actos positivos humanos sin atención al
derecho divino. La determinación de los electores fieles será hecha por los
propios electores fieles, de modo subordinado al Derecho divino; por la forma de
ser de la persona en el pasado y en el presente; por la ignorancia de la fe o por
la Ciencia de Dios manifiesta. Donde los infieles y los dudosos no son los electores
fieles, verdaderos. Tal óbice no procede en el rebaño de los fieles, del "Coetus fidelium" primeramente
reunido. Procede en los ya separados de la unidad de fe y de gobierno.
9)
Efectos de la acefalia
El Magisterio dogmático de la Iglesia enseña que sin los cimientos
el edificio se derrumba. Sin el Pastor visible las ovejas se dispersan. Sin un
gobernante el pueblo no mantiene la unidad. Sin una Cabeza visible es imposible
que una sociedad alcance su fin. Sin un Maestro supremo las personas hacen libres
interpretaciones de las Escrituras. El consenso libre de los hombres entre si no
es fuente del Derecho divino. La unidad universal de los hombres entre si, no es
la unidad de fe divina y católica mandada por Cristo. La forma del gobierno visible
de la Iglesia es monárquica no democrática. El poder viene de Dios y no del hombre,
del pueblo, o del clero. Los infieles no tienen poder sobre los fieles (1 Cor VI,
1). No es menor herejía pretender una Iglesia de Cristo regida por un hereje, que del
que piensa una Iglesia de Cristo sin Cabeza visible y perene. Quien rechaza al
Pastor supremo visible de la Iglesia, rechaza también al Pastor supremo invisible,
Cristo. La unión de los hombres libres entre si, no es la unión de los fieles
sumisos a la autoridad divina de Cristo. Mudar el fundamento visible y perpetuo
de la Iglesia de Cristo, inmutable hasta el fin de los tiempos, es apartarse de
la autoridad divina de Cristo y del Espíritu de la Verdad enviado a la Iglesia.
Pregonar la acefalia de la Iglesia, en la doctrina o en la práctica es declarar
la libertad religiosa de cada uno en la Iglesia con su juicio propio libre. Sin
el Pastor visible y único, fiel, las ovejas no son conducidas unidas para el fin
último común, en el camino único de la salvación. La Iglesia debe ser un "cuerpo conexo y compacto" con
"una sola fe" universal, común
a todos; y no perder el vínculo principal de la unidad: agradar a Dios. Quien no
pregona tal camino ya está condenado (Jo III, 18). Si las puertas del Infierno
no prevalecen sobre la verdadera Iglesia, ellas prevalecerán sobre los que se
separan de la unidad de fe y que están por eso fuera de la Iglesia (D.S. 3803).
La Iglesia no desfallece; mas las personas individuales
desfallecen.
El objetivo de la Masonería era el de retirar la piedra sobre la cual
Cristo construyó su Iglesia. Era hacer que las ovejas de Cristo caminasen
con la Cruz, pensando que estaban siguiendo a Cristo, mas, de hecho, están siguiendo
la falsa bandera de los masones, con su
"operación del error" (2 Tess. II, 1-11).
Ningún obispo individual,
independiente y autónomo, ajeno al deber de extinguir la vacancia de la Sede de
Pedro, tiene unidad de fe y de gobierno con las doctrinas enseñadas por la
autoridad divina de la Sede de Pedro. Tal obispo levanta su "juicio propio" libre contra
el de la Sede de Pedro. Tal división es acto individual
de él; es acto contrario a la fe universal transcendente a los siglos, perene, perpetua,
de la Sede de Pedro.
Conclusión
El anti-conclavismo, teórico o práctico, es una obra disfrazada
de los enemigos de la Iglesia. En él convergen todas las herejías del Vaticano
II, de los que "no aceptan"
la vacancia por herejía; de los que "no
aceptan" el deber de extinguir la vacancia. El fin de todos, es el de
retirar el fundamento visible y perpetuo de la Sede de Pedro. Es cambiar la
obra divina por obra humana. Es dispersar las ovejas en tantas sectas cuantas
cabezas de sacerdotes de una "nueva
iglesia católica", opuesta a la perpetua y perene. Es instituir una
unidad de gobierno democrático, separado de la unidad de fe y procedente del
consenso de los hombres. El poder del Orden, el de jurisdicción
ordinaria, deben tener origen divino o no son poderes válidos por las obras del
arbitrio de algunos. Sin unidad de fe y de gobierno la "nueva iglesia" no trae la identidad de la verdadera Iglesia
de Cristo.
Los acéfalos del siglo XX, son los sucesores de los acéfalos, herejes,
de los siglos VI y VII; no quieren el "deber
santísimo y gravísimo" de elegir un "Pastor de los pastores", fundamento visible y perpetuo de
la Iglesia. Quieren una Iglesia "non
tenens caput" (Col. II, 18-19), contra la Revelación: "Ubi non est gubernator populus
corruet" (Prov. XI, 4). "Percutiam
pastorem et dispergentur oves" (Mc. XIV, 27). Vendrán "falsos Cristos" (Mt. XXIV,
26). "Venit hora, et jam venit, ut
dispergamini unusquisque in própria et me solum relinquatis" (Jo XVI,
36). "Es necesario regresar de la dispersión hacia el Señor Dios y,
reunidos, subir las montañas y poseer de nuevo la Jerusalén donde están los
santos (Jud. V, 23). Es necesario reunir los dispersos, librarlos del servir a
los paganos (...), para que sepa el pueblo que es Dios" (2 Mac. I, 27).
Desprecian los medios que existen para tener el Pastor eterno, el Pastor de los
pastores. Alegan falsas razones para no cumplir el deber de obrar. Inventan un
deber opuesto al de la Iglesia que es el deber de creer y de hacer. Hay que
separarse de los que se separan de la unidad de fe y de gobierno de la Iglesia
(2 Cor VI, 14-18; MT XVIII, 17; Tit. III, 10-11; 2 Jo 9-11); hay que conservar
perpetuamente las doctrinas y leyes divinas (D.S. 3020); sin retirar nada o acrecentar
(Ap. 22, 18-19).
Laus Deo Nostro
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