Profissão de Fé do Blog.

Profissão de Fé do Blog "Creio em um só Deus, Pai onipotente, Criador do céu e da terra, de todas as coisas visíveis e invisíveis. E em um só Senhor, Jesus Cristo, Filho Unigênito de Deus, nascido do Pai, antes de todos os séculos. Deus de Deus, Luz de Luz, Deus verdadeiro de Deus verdadeiro. Gerado, mas não feito, consubstancial ao Pai, pelo qual foram feitas todas as coisas. Ele, por causa de nós, homens, e nossa salvação, desceu dos céus. E se incarnou por obra do Espírito Santo, da Virgem Maria. E se fez homem. Foi também crucificado por nós; sob Pôncio Pilatos, padeceu e foi sepultado. E ressuscitou ao terceiro dia, segundo as Escrituras. Subiu ao céu, está sentado à direita do Pai, de onde há de vir segunda vez, com glória, a julgar os vivos e os mortos; e seu reino não terá fim. Creio no Espírito Santo, que é Senhor e Fonte da Vida e que procede do Pai e do Filho. Com o Pai e o Filho é juntamente adorado e glorificado, e é o que falou pelos Profetas. Também a Igreja, una, santa, católica e apostólica. Confesso um Batismo para remissão dos pecados. E espero a ressurreição dos mortos, e a vida do século futuro." Amém.

segunda-feira, 21 de outubro de 2013

Cardeal Rebiba:as ordens da ICAB são válidas.

James Stuart dice : 13 de junio de 2013 en 14:12 Existen por lo menos otras dos buenas razones por las que podemos estar absolutamente seguros de la validez de la ordenación sacerdotal y de la consagración episcopal de Mons. Lefebvre, y de otros clérigos en parecida situación.

En primer lugar, si la Iglesia ha mandado siempre que la imposición de manos se realizara no por un sólo obispo, sino por más de uno, ordinariamente tres, que pronunciaban también juntos al mismo tiempo la fórmula, se debe, entre otras razones, a su deseo de asegurar lo más posible la correcta realización del rito, de modo que no pudiera caber la más mínima duda de su validez.

En el caso de Mons. Lefebvre, los dos co-consagrantes fueron Mons. Fauret, superior del entonces P. Lefebvre en Libreville, y Mons. Ancel, también obispo misionero. Prelados ambos de reconocidas cualidades, y de los que nunca afirmó nadie que fueran cismáticos, herejes, o masones.


(de la película The Cardinal 1963)

Si (por imposible), el Card. Liénart no hubiese consagrado, sí lo habrían hecho estos dos obispos, sin duda alguna.

En segundo lugar, la pertenencia de un prelado a la masonería, incluso en sus grados más claramente luciferianos, no implica necesariamente que esa persona sea un hereje, un cismático, o que haya apostatado de la Fe.

Examinando la historia de los últimos tres siglos, más bien se llega a la conclusión opuesta: Hasta aquellos que fueron infiltrados en los rangos del clero desde la niñez incluso, con el fin de subvertirlo, formados ex profeso en el odio judaico más extremo hacia el catolicismo, o el filosofismo, el ateísmo científico, u otro cualquier desvarío de la mente humana, a medida que iban adquiriendo un mejor conocimiento de la Iglesia, confesaban espontáneamente, incluso a pesar suyo, que era una creación divina, que en ella residía la verdad sin mezcla de error, que era invencible, porque si no, sometida a tan fuertes ataques, habría caído hace mucho tiempo.

Cosa que repitió, por ejemplo, el Card. Consalvi ante el ogro Napoleón, cuando éste amenazaba destruir la Iglesia: “Sire, si nosotros, los curas, no hemos podido destruirla desde hace tantos siglos, Vos tampoco podréis”.

Muchos eclesiásticos han ingresado en la masonería, o en otras asociaciones parecidas, más o menos engañados, chantajeados, por presión familiar, social, gubernamental, por afán de conocimiento secreto, por ambición de poder, de riqueza, pero seguían teniendo Fe católica, seguían deseando la pervivencia de la Iglesia y la salvación de las almas.

Más aún, no pocos de los prelados que ingresaron en ella creían que con esa iniciativa, estaban favoreciendo la reconciliación de la Iglesia con la civilización moderna, y estaban sirviendo de enlaces mutuos, as it were, entre dos “iglesias” en lucha, pero quizás no necesariamente opuestas.

Estaban convencidos de que podían reconducir a la masonería hacia unas posiciones más moderadas, que permitieran un cierto “modus vivendi“, como ocurría, por ejemplo, aquí en las Islas, en que dignísimos prelados de la Iglesia de Inglaterra eran a la vez altos oficiales de las principales logias, o como ocurría, también, entre los obispos de las Iglesias ortodoxas, por ejemplo, el Patriarca de Constantinopla, Meletios IV (Metaxakis), o su sucesor Atenágoras, a quien hasta hicieron un entierro masónico en toda regla.

No estoy diciendo aquí que estos eclesiásticos no estuvieran cometiendo un gravísimo pecado de alta traición, merecedor de excomunión, independientemente de su (posible, quién sabe) buena fe. Lo que digo es que la mayoría de ellos tenían tanta, o incluso una Fe Católica en cierto sentido más viva que los otros, aunque fuera al estilo de la fe que tienen los demonios, que creen, pero tiemblan. (Sant. 2,19)

No podían dudar de la Iglesia, de su divina indefectibilidad e infalibilidad, porque en cierto modo, no necesitaban creerla, la VEÍAN todos los días, sobreviviendo a los peores ataques y envenenamientos sistemáticos a los que estaba siendo sometida.

Era la versión prelaticia del conocido refrán popular: “poner una vela a san Miguel, y otra al diablo“, literalmente…

O la realización desviada de la típica frase de diplomacia curial, escapada un día de los labios de Pío XI, cuando le reprochaban el mantener relaciones diplomáticos con los anticrísticos bolcheviques: “¡Hay que tener amigos hasta en los infiernos!” (Así nos ha ido…)

En el caso del Card. Liénart, son muy significativas las palabras que pronunció en su última agonía, cuando el hombre se encuentra ante su verdad más esencial, y no se satisface de palabras cara a la galería: “HUMANAMENTE, la Iglesia está perdida”. ¡Si lo sabía él, gran artífice del triunfo del 1789 en la Iglesia!

Pero ese humanamente implica necesariamente, conversely, que DIVINAMENTE, la Iglesia no muere, porque su divino Fundador y Fundamento la sostiene, según su Promesa.

Desconozco su Si Eminencia se ha salvado, pero apostaría más de una buena pinta de cerveza en Palmerston Arms a que nunca perdió la Fe católica tan sólida de los Ch’tis de aquella época, aunque se hubiese pasado a las banderas de Lucifer.

Más aún, hemos de tener en cuenta la peculiar psicología del Príncipe de este mundo: Él pretende el triunfo sobre la Iglesia, sobre la verdadera Iglesia, con todos sus medios espirituales funcionando normalmente, no sobre una Iglesia disminuida, despojada de verdadero episcopado, fuente de la vida espiritual que corre luego por sus venas.

Satán será lo que sea, pero en ésto, se comporta como un gentleman, con fair play, peleando según las reglas, es decir, según las leyes que Nuestro mismo Señor ha impuesto tanto en el mundo natural, como en el sobrenatural-sacramental, como en el jurídico-canónico. Si no lo hiciera así, su pretendida victoria no tendría ningún valor ante sus ojos…

Como se le concedió ver a León XIII,

Visión de León XIII

Exorcismo

Satán se presenta ante Dios, lo reta, le lanza el guante, y exige, según las reglas, que el combate singular se desarrolle con armas parejas, por eso le dice: “Necesito más tiempo, y más poder”. Lo cual le concede Nuestro Señor, como Honrado Caballero.

Mientras los oficiales del Rey del Cielo observaron la Ley de la Iglesia, ateniéndose al rito apostólico, Satán era el menos interesado del mundo en que hubiera invalidez, porque eso le hubiera quitado valor a su victoria, era como si hubiera hecho trampa, cosa que a un señor “comme il faut”, no se le pasa por la cabeza “Honni soit qui mal y pense”.



Ahora bien, cuando esos oficiales desertaron los colores de su Rey,


y se pasaron a las banderas enemigas,



al menos, oficial y públicamente, desde el 7 de Diciembre 1965, ya no había motivo para respetar las reglas, porque Lucifer, lo mismo que Roma, ni respeta ni paga a los traidores. Con el ritual “Pontificalis Romani” publicado el 18 de Junio 1968, podía despojar perfectamente a esos fallidos prelados de sus poderes sobrenaturales, sin romper él las reglas, puesto que ellos ya las habían roto antes…

Rore Sanctifica

Decía san Agustín que el demonio es como un perro atado (por las leyes impuestas por Dios a la Creación, incluso en el ámbito moral-espiritual).

Mientras el cristiano no se acerque, neciamente, hasta ponerse a su alcance, el demonio es impotente. Pero si el cristiano, en este caso los obispos de los años del Vaticano II, abandonan el seguro refugio de la iglesia indefectible, huyendo de la sombra protectora del manto de la autoridad legítima,



y de la inquebrantable fiabilidad objetiva de los ritos apostólicos, se han expuesto a la invalidez de sus órdenes, cosa que efectivamente, ha sucedido, sin poner en tela de juicio el perfecto cumplimiento de las promesas de Nuestro Señor.

¿Ha triunfado Satán, quedando vencedor en el duelo singular que empezó hace ya más de un siglo? ¿Ha destruido la Iglesia, puesto que una Iglesia que invalida su sucesión apostólica dejaría de existir?

Ciertamente no, porque lo único que ha conseguido el Adversario, es una apariencia de victoria. Ha logrado, sí, que casi todos los que siguen llamándose católicos, en realidad, hayan salido fuera de las fronteras de la Iglesia Visible, y se hayan constituido, autogenéticamente, en otro cuerpo eclesial, distinto de la Iglesia Católica, y que no goza, como ésta última, de las Promesas divinas de indefectibilidad e infalibilidad.

Pero la Iglesia Católica, la Única e Inmaculada Esposa de Cristo, nuestra Patria definitiva, aunque reducida hoy día a proporciones casi domésticas y catacumbarias, sigue existiendo, en esencia, exactamente la misma que en tiempos de san Pedro, de Inocencio III, de san Pío V, o de Pío XII.
Por eso me gusta tanto éste himno, cuya segunda estrofa parece escrita para nosotros:

“And there’s another country, I’ve heard of long ago,
Most dear to them that love her, most great to them that know;
We may not count her armies, we may not see her King;
Her fortress is a faithful heart, her pride is suffering;
And soul by soul and silently her shining bounds increase,
And her ways are ways of gentleness, and all her paths are peace.”

Y existe otra Patria, de la que oí hace mucho;
Lo más querido por los que la aman, lo más precioso para los que la conocen;
Quizás no podemos contar sus ejércitos, ni podemos ver a su Rey;
Su fuerza es un corazón fiel, su orgullo el sufrimiento;
Pero alma tras alma, y silenciosamente, sus brillantes fronteras se ensanchan;
Sus caminos son caminos de bondad, y todos ellos se enderezan hacia la paz.



Y si saben leer los signos de los tiempos, (los verdaderos), se darán cuenta de que ya asoman las banderas del Rey legítimo,



y de que su Vicario no tardará demasiado en aparecer, para poner de nuevo al mundo bajo el manto protector de su autoridad legítima, quedando reducida a la nada la ilusoria victoria pírrica de nuestro adversario.

“ Uno de más allá de las montañas [ alemán pues posiblemente] se convertirá en el Vicario de Dios. Los clérigos y religiosos tomarán parte en este cambio.. Fuera del verdadero camino, habrá sólo hombres de dudosa reputación ; yo me encojo de hombros (¿me asombro?)viendo la Barca de Pedro cómo se encuentra en peligro y no hay nadie que preste ayuda … El cismático [el usurpador]caerá en el desprecio de los fieles italianos … “ Alrededor de pasados doce años del milenio será cuando el resplandeciente manto de poder legítimo salga de las sombras en que se mantenía, por el cisma . Y más allá de [superando] los daños de aquél [el antipapa usurpador] que bloquea [a los fieles] la puerta de la salvación, porque su cisma y engaños han llegado a su fin. Y la multitud de los fieles se vinculará [se someterá] inmediatamente al Digno Pastor , quien tendrá que sacar todos los errores [de la Iglesia] y restaurar la Iglesia en su belleza. Él la renovará . “

Profecía del digno Pastor


Responder sofronio dice : 13 de junio de 2013 en 17:04 Estimado editor, deseo hacer algunas apostillas, a lo que aquí se está diciendo, pues es necesario establecer la doctrina verdadera sobre el asunto.

1.-Nadie puede juzgar de la intención interna del Card. Liénart, al consagrar Obispo a Mons. Lefebvre.

2.- Sin intención de hacer lo que intenta la Iglesia en la acción vicaria de Cristo, ningún sacramento ni consagración, es válida; de ninguna manera. Tal es así, que la Santa Madre Iglesia cuyo anhelo es la salvación de las almas, que en el sacramento por el que se entre en el Arca de la Salvación, el Bautismo, permite que en caso de necesidad hasta un no creyente pueda bautizar, siguiendo la petición de la imposibilitada madre, considerando el bautismo válido, pero sólo con la mínima exigencia de que tenga intención de hacer lo que intenta la Iglesia en ese sacramento.

3.- Respecto al sacramento es clarísima la doctrina de la Iglesia:

“Y como estos ministros humanos no obran en nombre propio, sino representando la persona de Cristo, de aquí que todos, sean buenos o malos personalmente, siempre que usen la materia y la forma prescrita por Cristo y usada tradicionalmente por la Iglesia, y tengan intención de hacer lo que hace la Iglesia, verdaderamente producen y confieren el sacramento” (Cat. Romano XI). Observe que no sólo pone como condición la materia y la forma, sino también la intención.

Los moralistas han determinado las condiciones que se requieren en el que administra el sacramento:

A) Potestad; diversa para los distintos sacramentos.

B) Intención (D 854); de lo contrario, no obraría en nombre de Cristo.

La intención incluye dos cosas:

a.- Un acto deliberado de la voluntad, por lo menos de hacer lo que la Iglesia hace: que intenta la administración de la acción sacramental como acción vicaria de Cristo. El sacramente exige también el acto humano y voluntario:Por lo tanto, que se intente precisamente el rito como sagrado, pues el rito sacramental requiere la intención del mismo.

b.- La atención, imprescindible para cualquier acto humano; siendo suficiente la externa

4.- Sin embargo, aunque el debate se ha inclinado en el sentido sacramental, hay que recordar aquí:

1º.- Que sólo hay un sacerdocio externo en la Iglesia.

2º.- Que el sacerdocio externo reviste diversos grados.

3º.- Que el segundo grado es el de los obispos, puestos a la cabeza de una diócesis para gobernar a los demás ministros de la Iglesia, cuidando con el máximo celo y diligencia de su eterna salvación (Catecismo de Trento). Es decir, es un oficio, no un sacramento.

5º.- No consta que el card. Card. Liénart, fuera el ministro de la ordenación sacerdotal de mon. Lefreve, sino sólo uno de los que le consagraron obispo.

6º.- En el supuesto de que el card. Liénart no tuviera intención de intentar en la consagración episcopal lo que la Iglesia, vicaria de Cristo quiere hacer, cosa imposible de demostrar, en dicha consagración impusieron la manos y recitaron la fórmula válida dos obispos más. Sería inverosímil que tampoco los otros dos tuvieran intención hacer lo que intenta la Iglesia en la consagración episcopal. Con uno sólo que tuviera la intención sería suficiente para la validez de ese rito al haber: materia, forma, ministro válido e intención.

Luego, creo que estas serían las conclusiones a extraer:

1.-º Frente a lo que dice mi estimado Fray Eusebio, afirmo que ningún sacramento- ni consagración- es válido sin la intención de hacer lo que Cristo quiere; esto es la clarísima doctrina de la Iglesia. Disculpo este lapsus debido, quizá, a que estamos muy centrados sobre las partes esenciales de materia y sobretodo, forma de los sacramentos, que son donde los modernistas han metido la mano, olvidándonos que tanto el ministro válido y la intención son partes esenciales, también de los sacramentos. Los ejemplos que trae de la Francia decimonónica no corresponden, porque no negaron ninguna doctrina sacramental, aunque sí muchas otras. Por eso no hubo que ordenarlos.

2º.- Nadie es capaz de juzgar sobre el fuero interno del cardenal en ese acto; tal imposibilidad seguiría persistiendo aunque él mismo lo negara, transcurrido cierto tiempo- cosa que nunca hizo- pues la intención de esa hipotética negación bien podría estar informada por otras causas ajenas al acto pasado (valor del acto moral)

3º.- El argumento fundamental de que está debidamente ordenado, nos lo ofrece muy bien el comentarista James Stuart, con el aporte, cierto, de que otros dos obispos impusieron las manos y recitaron la fórmula válida y lícita. Otros argumentos del citado comentarista son, sin embargo, mucho más discutibles.

Responder Fray Eusebio de Lugo dice : 14 de junio de 2013 en 16:08 Agradezco el comentario de nuestro caro Sofronio, que nos da ocasión de precisar la enseñanza de la Iglesia, y el pensamiento de los teólogos.

1- Nadie puede juzgar de la intención interna del Card. Liénart, salvo en la medida en que ésta se manifestó externamente. Se manifestó externamente, en sentido positivo, poniendo seriamente el rito de la Iglesia; y en sentido negativo, en que no expresó la más mínima contra-intención.

2- Es totalmente cierto que la Iglesia exige no sólo la posición del rito externo, sino también intención interna por parte del ministro, porque si no, no sería un verdadero acto humano. Esa intención mínima de hacer lo que hace la Iglesia puede entenderse de diferentes maneras:

- Una es la habitual, que es la pronta facilidad para obrar; por sí sola, no basta para tener la intención requerida.
- La actual, que es la aplicación y atención presente de ánimo a la obra que en efecto se está haciendo, por ejemplo, el sacerdote que piensa efectivamente, presentemente, en conferir el bautismo, y pone los medios para conferirlo.
- Y la virtual, que proviene de la anterior, que consiste básicamente, en la ausencia de intención contraria en el ministro.

Parecería que estamos hablando de si el Card. Liénart tuvo efectivamente ésta última, puesto que parece claro que sí tuvo las otras dos.

Ahora bien, en el caso del bautismo, el Papa León X, y el Concilio de Trento han definido lo siguiente: “Si alguno dijere que en los ministros, cuando hacen, y administran los sacramentos, no se requiere intención a lo menos, de hacer lo que hace la Iglesia, sea anatema.” Esto se decía en contra de la afirmación de Lutero, que sostenía que un sacramento, en este caso el Bautismo, conferido como de broma, era también válido, por la simple fe del recipiendario.

Más aun, el Papa Alejandro VIII condenó la siguiente proposición: “Válido es el Bautismo administrado por el ministro que observa todo el rito interior, y forma de bautizar, pero interiormente y en su corazón resuelve para sí: “No quiero hacer lo que hace la Iglesia”.
Es decir, que únicamente si el ministro se opone, por un acto de clara y decidida voluntad, a lo que la Iglesia quiere hacer, aunque ese acto determinado de voluntad no se manifieste externamente, no conferiría el sacramento.

Por lo que aplicando esta regla al sacramento del Orden, parecería que un obispo comprometido con las huestes de la contra-Iglesia masónica, podría haber dicho en su fuero interno: “Sé perfectamente lo que la Iglesia quiere hacer, pero como quiero su mal y la desaparición del verdadero sacerdocio, NO QUIERO, Y ME NIEGO A CONFERIR EL SACERDOCIO A ESTOS INDIVIDUOS QUE TENGO DELANTE”.

Nos veríamos obligados a concluir, que estos pobres clérigos nunca se convirtieron en sacerdotes…

Sin embargo:

Cuando uno se acerca a los tratados De sacramentis, comprueba que luego de haber sentado la doctrina usual y admitida en la generalidad de los autores, éstos suelen incluir, al final, unos escolios, o problemas pendientes, entre los cuales se cuentan, el determinar de manera específica en cada sacramento, cuál es la intención mínima requerida para su validez, reconociendo que puede ser diversa de un sacramento a otro, por lo que no sería conveniente aplicar mecánicamente al Orden, lo que se ha dicho del Bautismo.

Como es bien sabido, la vía ordinaria por la que se van resolviendo las necesarias disputaciones teológicas consiste en la intervención de la Santa Sede, que normalmente toma ocasión de alguna consulta, para definir lo que hasta entonces era libre, o más o menos dudoso.

En el caso del Orden, esa ocasión la proporcionó la consulta a Roma sobre la validez de las Órdenes conferidas con el Ordinal anglicano del Rey Eduardo VI.

La cuidadosísima y ejemplar reexaminación de todo el asunto, en que la Iglesia Católica se jugaba mucho, nada menos que la posible reconciliación con el entonces dominante Imperio Británico, dio como resultado final la Bula Apostolicae Curae, en que el Papa León XIII define la invalidez de las Órdenes anglicanas, y se toma el trabajo de reseñar exhaustivamente las causas de una decisión tan trascendental como dolorosa para muchas esperanzas a un lado y a otro del Canal.

Aduce la insuficiencia de la forma, adulterada en el Ordinal eduardino, la insuficiencia de la intención objetiva, que ya, no sólo no expresa lo que la Iglesia quiere hacer (pero podría haberse quedado en estado simplemente indiferente, lo que no habría causado necesariamente una sistemática invalidez), sino que introduce una intención directa y diametralmente contraria y opuesta a la intención católica.

Ahora bien, cuando habríamos esperado, conforme a la doctrina vista más arriba para el Bautismo, que León XIII afirmara la invalidez de las susodichas Órdenes, basándose también en un defecto de intención subjetiva por parte del ministro, nos damos cuenta de que el Papa no utiliza ese argumento, que sin embargo, habría podido ser de gran utilidad para asentar definitivamente el convencimiento de la invalidez de sus órdenes en los corazones británicos.

Hubiera podido decir: “Siendo así que para la validez de los sacramentos, también es necesaria por parte del ministro la intención interna, subjetiva de hacer lo que hace la Iglesia,

Y estando claro que los prelados originadores del actual episcopado anglicano compartían los errores swinglianos y calvinistas acerca de las Órdenes, conformando una intención no sólo diferente, sino claramente opuesta a la intención católica, que ellos conocían perfectamente, pero rechazaban, siendo por ello esta perversa intención suya, destructiva del sacramento,

Debemos concluir que también por esta causa, deben ser tenidas por absolutamente nulas y completamente vanas…”

Sin embargo, no es eso lo que dice:

33. With this inherent defect of “form” is joined the defect of “intention” which is equally essential to the Sacrament. The Church does not judge about the mind and intention, in so far as it is something by its nature internal; but in so far as it is manifested externally she is bound to judge concerning it. A person who has correctly and seriously used the requisite matter and form to effect and confer a sacrament is presumed for that very reason to have intended to do (intendisse) what the Church does. On this principle rests the doctrine that a Sacrament is truly conferred by the ministry of one who is a heretic or unbaptized, provided the Catholic rite be employed. On the other hand, if the rite be changed, with the manifest intention of introducing another rite not approved by the Church and of rejecting what the Church does, and what, by the institution of Christ, belongs to the nature of the Sacrament, then it is clear that not only is the necessary intention wanting to the Sacrament, but that the intention is adverse to and destructive of the Sacrament.
Apunta el defecto de forma, el defecto de intención objetiva, pero a la hora en que podríamos esperar lo mismo, dicho de un defecto de intención subjetiva, lo que afirma es que el empleo del mismo rito sana cualquier intención defectuosa, incluso si es directísimamente contraria a la intención de la Iglesia, con tal de que se quede en puramente interna, y no se exprese externamente.

Se ve por ahí, que las condiciones mínimas de intención subjetiva son ligeramente diferentes, para el Bautismo o para conferir el Orden, como ya adivinaba el sano instinto teológico de los autores, cuando afirmaban en sus escolios que podían efectivamente existir tales diferencias, aunque ellos no se atrevían a decidir esta materia, y se limitaban a exponer la doctrina general y más segura.

Más de uno preguntará entonces, con buena razón: ¿Y por qué iba Nuestro Señor a negar en el Bautismo, lo que sí concede en la Ordenación?

O formulado de otro modo: ¿Por qué no sana del mismo modo el rito y fórmula bautismal la intención contraria del ministro, en la misma forma en que dice Ud. que lo hace el poner seriamente y sin contra-intención externa el rito y fórmula de Ordenación o consagración?

A lo que contestaré, como simple, falible, y probable opinión personal, que en el caso del Bautismo recibido inválidamente por parte del ministro, o de la Comunión (recibida, por ejemplo, de un sacerdote que hubiese retraído la intención de consagrar ÉSTA hostia en particular, por enemistad hacia esa persona concreta que sabía iba a comulgar), u otros asuntos de éstos, novelescos, pero desgraciadamente posibles, Nuestro Señor suple por otro lado, dando la Res, que habrían debido recibir por la vía ordinaria del Sacramento, si ésta no hubiese sida impedida por la perversa intención del ministro. Son cosas que solo afectan a un individuo.

Sin embargo, para la ordenación, y sobre todo, la consagración episcopal, no cabe tal suplencia. O se concede en el acto mismo, por el acto mismo, por la mismísima razón de poner seriamente el rito católico, como dice León XIII, o sino, es imposible que un laico o un simple presbítero pueda transmitir lo que él mismo no ha recibido.

Porque el Orden confiere poder para el servicio y el Bien Común de toda la Iglesia, no puede depender de ninguna otra contingencia que las que marque el orden objetivo y externo de la Iglesia. Por eso, Nuestro Señor ordena directamente, incluso contra la voluntad oculta perfectamente contraria del ordenante, a los que van a servir a Su Iglesia.

Nuestro Señor JesuCristo, Sabiduría encarnada, no habría consentido nunca en poner a la Iglesia en una tesitura como la siguiente:

Es bien conocido que la inmensa mayoría de linajes episcopales de rito latino de los últimos cuatro siglos tienen un origen único: El Card. Scipione Rebiba, discípulo del gran Papa Caraffa, Pablo IV.

http://es.wikipedia.org/wiki/Scipione_Rebiba

Imaginen por un momento que se pensara que pertenecía, por ejemplo, a la secta de los rosacruces, bien conocida por su odio a todo el sistema sacramental católico, y a la que pertenecía Lutero, o que formara parte de la misma cábala de los Morone, Pole, Contarini, que estaban infincionando Italia de protestantismo destilado, antes de ser enjuiciados por la Inquisición de Paulo IV y san Pío V…

¿Se pondrían también a dudar de la validez de su episcopado, poniendo en tela de juicio a casi todo el episcopado de rito latino, incluidos un buen puñado de Papas?

Me parece que sería una gravísima irresponsabilidad…

En cuanto a los prelados masones de la Francia de los siglos XVIII-XIX, creo que estaban en la misma situación que el Card. Liénart, supuesta su pertenencia real a la masonería. Si sus ordenaciones y consagraciones fueron siempre tenidas por válidas, las de este último no tienen por qué ser dudosas.

Por último, aunque no de menor importancia, nuestro apreciado correspondiente afirma: “Que el segundo grado es el de los obispos, puestos a la cabeza de una diócesis para gobernar a los demás ministros de la Iglesia, cuidando con el máximo celo y diligencia de su eterna salvación (Catecismo de Trento). Es decir, es un oficio, no un sacramento.”

Me temo que aquí, comete una confusión entre lo que pertenece al obispo por razón del sacramento, es decir, que es el summum del sacramento del Orden, y fuente del resto de los grados de ese sacramento, de lo que pertenece al aspecto jurídico-canónico, es decir, el poder de jurisdicción, que puede o no tener un obispo consagrado.

Hay obispos consagrados, pero que no tienen jurisdicción, como los llamados in partibus, o los de la FSSPX, por ejemplo, y hay prelados que sin ser obispos, ejercitan una verdadera autoridad episcopal, incluso pueden ser obispos residenciales de una diócesis, sin haber sido consagrados. Tienen el oficio, aunque no el grado máximo del Orden.

Traduzco aquí precisamente lo que dice León XIII sobre la sacramentalidad del episcopado:

“No es relevante examinar aquí si el episcopado es una compleción del presbiterado,o si es un orden distinto de éste; o si, cuando es conferido, como suele decirse, per saltum, en la persona de alguno no previamente ordenado como sacerdote, sobre si tiene o no efecto. Pero el episcopado, sin duda ninguna, por la institución del mismo Cristo, verísimamente pertenece al sacramento del Orden y constituye el sacerdocio de primer orden, aquél llamado por los santos Padres Summum sacerdotium, sacri ministerii summa. …”

Ordenado válidamente?

¿FUE MONSEÑOR LEFEBVRE ORDENADO VÁLIDAMENTE?

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Es algo corriente en los blogs tradicionalistas lanzar opiniones  que invitan a dudar de la ordenación episcopal de ciertas personalidades de renombre. Pues bien aquí tenemos un comentario que, en mi opinión, despeja cualquier duda al respecto.

Por Fray Eusebio  de  Lugo

Por cierto, hablando de la validez de las ordenaciones sacerdotales y consagraciones episcopales, ha resurgido en los últimos días en la blogosfera en lengua española una vieja polémica, por la que algunos afirman que, puesto que el ordenante del futuro Mons. Lefebvre, y su consagrante principal como obispo era el bien conocido Card. Liénart, obispo de Lille y muy probablemente perteneciente a la masonería, tanto su ordenación sacerdotal como su consagración episcopal eran inválidas…



Tema de gravísimas repercusiones, puesto que afectaría a la validez de las ordenaciones y consagraciones conferidas a lo largo de su vida por el prelado francés.

Por ello, conviene que nos acerquemos al documento de León XIII Apostolicae Curae,  sobre las ordenaciones anglicanas que nos dará las claves de una verdadera y muy cierta solución.

Declaró el Papa que esas ceremonias eran nulas por defecto tanto de forma como de intención.

-De forma, porque el rito católico había sido adulterado en un sentido antisacramental y antipropiciatorio, que lo viciaba de raíz.

-Y de intención, porque el rito, objetivamente considerado, según el sentido obvio de su texto y ceremonial, no expresaba ya la intención que tiene la Iglesia Católica. Queda claro que habla de la intención objetiva, y no de la subjetiva, la que guarda en el secreto de su mente y corazón el que realiza la ceremonia externa:

33. “La Iglesia no juzga sobre la mente e intención, en la medida en que ésta es por su propia naturaleza cosa interna; pero en la medida en que se manifiesta externamente, ella viene obligada a juzgarla. Una persona que ha usado correcta y seriamente la materia y la forma requerida para confeccionar y conferir un sacramento es presumida por esa mismísima razón HABER TENIDO LA INTENCIÓN DE HACER (INTENDISSE) LO QUE LA iGLESIA HACE.

Sobre este principio la doctrina según la cual un sacramento se confiere realmente por el ministerio de una persona herética, o incluso no bautizada (en el caso del bautismo ndr), con la condición de que sea empleado un rito católico. Mientras que por otra parte, si el rito ha sido cambiado, con la manifiesta intención de introducir otro rito no aprobado por la Iglesia y de rechazar lo que la Iglesia hace, y lo que, por institución de Cristo, pertenece a la naturaleza del sacramento, entonces, está claro, no sólo que falta la intención necesaria para el sacramento, sino que además, esa intención es contraria a dicho sacramento, y destructiva del mismo.”

Ahora bien, en el caso de Liénart, tenemos que ha puesto seria y correctamente el rito de la Iglesia, y que jamás expresó la más mínima contra-intención.

Es bien conocido el adagio: “De internis, neque Ecclesia judicat”, a no ser, como dice León XIII, en la medida en que se manifieste externamente, cosa que nadie ha sostenido.



Ello significa que un ministro, en este caso obispo, perverso, subvertidor de la Iglesia, ateo, entregado al Reino de Satán, hereje, u otra cualquier depravidad moral-espiritual que le queramos suponer, si cumple las condiciones expuestas por León XIII, ordena y consagra, aún a pesar suyo.

Queda un último argumento, que oí de boca de cierto obispo: “Puede ocurrir que el ministro en cuestión haga un acto de voluntad contraria, diciendo en su fuero interno, a la hora de imponer las manos y recitar el Prefacio: “No quiero ordenarlos”, como refería que lo había hecho cierto obispo brasileño, que lo había confesado en su lecho de muerte, a consecuencia de lo cual, los sacerdotes por él ordenados dícese que habrían sido reordenados bajo condición.”

A lo que respondo, que aunque el pérfido sujeto haya retraído la intención subjetiva, aquí, supplet Ecclesia, es decir, que por la indefectibilidad general de la Iglesia, que no puede sufrir que pueda haber la mínima duda en los sacramentos que se confieren legítimamente con su rito, les sería conferido el sacramento. El mismo Señor que confirió el sacramento de la Unción real al Rey Ciro por ministerio de un ángel, y eso que era pagano, con toda seguridad, confiere el sacramento cuando el más indigno de los ministros lo confiere según el rito de la Iglesia, sin manifestar contra-intención.

Todo ésto se ve confirmado, además, por la actitud de la Iglesia ante ordenaciones realizadas por cismáticos, herejes o masones:

Si se trata de masones, por ejemplo, es bien sabido que desde el S. XVIII, el clero francés estaba trufado de masones, hasta el punto de que en no pocos seminarios, abadías y otras instituciones, funcionaban logias masónicas constituidas lo más regularmente del mundo.

Hasta tal punto que cuando nombraron a Loménie de Brienne como arzobispo de Toulouse, todo el mundo en la Corte decían que habían nombrado a un ateo.

Por no hablar de figuras como Talleyrand, indigno notorio, nombrado obispo de Autun, que luego abandonó la clerecía, participó en la Revolución, y consagró a los obispos de la cismática y herética iglesia juramentada impuesta por la Revolución.

Bastantes de esos obispos revolucionarios fueron mantenidos por Pío VI cuando cedió ante Napoleón y accedió a reformar completamente el mapa eclesiástico de Francia, al tiempo que despojaba de sus sedes a venerables confesores de la Fe, provocando con ello el cisma de la “Petite Église”.

Pues en ningún caso se solicitó a esos obispos el ser reconsagrados, ni siquiera sub conditione, ni reordenar a los sacerdotes por ellos ordenados.

En la segunda mitad del S. XIX, fuentes bien informadas afirmaban que al menos un tercio del episcopado francés tenía uno, o los dos pies, en una logia, proporción que siguió aumentando, hasta la Ley de Separación de 1905.

Roma sabía perfectamente de la situación de esos obispos impuestos por la masonería francesa, pero nunca exigió que fueran repetidas las ceremonias realizadas por tales prelados.

Sembrando dudas ilegítimas precisamente en la crítica situación en que se debaten muchas almas, ciertos “eruditos” le hacen un flaco favor a la Iglesia, y más bien le hacen el juego al enemigo. Parece haberse convertido en una especie de mal hábito intelectual-espiritual: Siempre dejar abierto un portillo a la duda, que pueda utilizarse como herramienta dialéctica en caso de necesidad, contra cualquiera o cualquier realidad que pueda venir a molestarnos, y a modificar la composición de lugar que nos hemos hecho.

Y quien duda de ésto, duda por supuesto de la indefectibilidad e infalibilidad de los Papas, acabando por repetir, corregido y aumentado, todo el argumentario galicano y jansenista, que les permita escapar de lo cierto, seguro y definitivo.



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A colonização homesexual da igreja de Montini.

COLONIZACIÓN HOMOSEXUAL EN LA IGLESIA CONCILIAR


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Como complemento a  la entrada “El Enigma de Montini”, nuestro colaborador y comentarista James Stuart ilustró el dicho post con un comentario que subo a entrada del blog.  Es una traducción del artículo de Laurent Glauzy aparecido en Blog Catholique.
Constituye un documento excepcional que resume escuetamente la intervención de los pontífices conciliares desde Juan XXIII en adelante con especial relevancia de Pablo VI, en la ascensión de la pederastia y homosexualidad dentro de las estructuras jerárquicas conciliares y pos conciliares.
He aquí el comentario seguido de la traducción del artículo.
James Stuart dice :
Como complemento al impresionante trabajo realizado por el muy estimado Adeodato, traigo aquí la traducción de un post de Laurent Glauzy, aparecido no hace mucho en el Blog Catholique, y en el que se puede comprobar la responsabilidad de los pontífices conciliares en la increíble infestación sodomítica y pedófila que corroe a la falsa iglesia conciliar (Y que Bergoglio no tiene ninguna intención de atajar):
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PABLO VI CRIMINAL PEDÓFILO

por Laurent Glauzy
Don Luigi Villa, el “hijo espiritual” de Padre Pío, feneció el 18 de Noviembre 2012, con 94 años. Sacerdote originario del norte de Italia, doctor en Teología, fue director-fundador del mensual Chiesa Viva, aparecido por primera vez en Septiembre 1971.
En 1956, el P. Villa se encontró con el Padre Pío en San Giovanni Rotondo. El “sacerdote con los estigmas de Cristo” le pidió que se consagrase a la defensa de la Iglesia contra la masonería. El Papa Pío XII aprobó esa misión. El P. Villa fue colocado bajo la dirección de los cardenales Alfredo Ottaviani, prefecto del Santo Oficio, Pietro Parente y Pietro Palazzini. Esos hombres de Iglesia de gran integridad moral debían comunicar numerosos secretos al P. Villa que cumplía una función de agente de información en contra de las logias.
El 21 de Junio 1963, el cardenal Montini, contra el cual Padre Pío y el cardenal Ottaviani habían puesto en guardia al P. Villa, fue elegido Papa, bajo el nombre de Pablo VI. Luigi Villa escapó a seis atentados contra su vida! Describe los orígenes judíos de ese papa, y publicó fotografías inéditas sobre la tumba de su madre, Judith Alghisi Montini, adornada con representaciones masónicas. Don Luigi Villa, que no dudaba en manifestar sus convicciones revisionistas, sostuvo su último combate, y el más largo, contra la beatificación de Pablo VI. Es como homenaje a este sacerdote especialmente valeroso que propongo este informe a la atención pública, elaborado a partir de los trabajos que constituyen su trilogía contra Montini: Paolo VI beato?, Paolo VI Processo a un Papa, la Nuova Chiesa de Paolo VI., así como de la edición del 13 de Abril 2013, apoyándose sobre los testimonios de autores y de investigaciones personales.
En 2006, la Doctora Randy Engel, célebre periodista de investigación norteamericana, en su libro “The rite of sodomy, homosexuality and the Roman Catholic Church”, en el que denuncia sin paños calientes la homosexualidad de Montini.
Robin Bryans, escritor irlandés y abiertamente homosexual, indica en su autobiografía que su amigo Hugh Montgomery ha sido amante del joven Montini, al tiempo en que éste último recibe el título de Pro-secretario de Estado (asuntos políticos y diplomáticos de la Santa Sede), de Noviembre 1952 a Noviembre 1954, bajo Pío XII.
Roger Peyrefitte, escritor francés y ex¬embajador , aborda igualmente la homosexualidad de Pablo VI, defensor de los “derechos de los homosexuales”, en una entrevista concedida en 1976 a D.W. Gunn y J. Murat, como representantes de Gay Sunshine Press, divulga la vida disoluta del arzobispo de Milán, (diócesis más importante de Italia). Desde 1954 hasta 1963, Montini frecuenta los burdeles de jovencitos.
Esta entrevista será reproducida por la revista italiana Tempo. El 26 de Abril 1976, el Vicario de Roma y la conferencia episcopal italiana (fundada en 1952 y responsable de las normas litúrgicas y de tareas administrativas eclesiásticas) fijan un día de reparación universal, el Domingo de Ramos. Desde su balcón, el “papa” pretende que está siendo víctima de calumnias, sin aportar más precisiones.
EL ACTOR ITALIANO PAOLO CARLINI: AMANTE DEL “PAPA”
En “O Vatican! A slightly wicked view of the Holy See (O Vaticano! Una opinión ligeramente malvada de la Santa Sede), editada en 1984, Paul Hoffman, antiguo corresponsal ante el Vaticano por cuenta del New York Times, revela que un célebre actor italiano Paolo Carlini, visitaba Pablo VI, y penetraba en sus apartamentos pontificios.
El escritor Franco Bellegrandi, exmiembro de la Guardia Noble Pontificia, cuenta que en 1994 en su obra “Nichitaroncalli, controvita di un Papa” (Nikitaroncalli, la vida oculta de un Papa) que la homosexualidad de Montini no es más que un secreto a voces: Ha sido arrestado en Milán, de noche, por la policía, vestido de civil, y en más que dudosa compañía. El escritor relata que está ligado a un actor que se tiñe el pelo como pelirrojo, y que no esconde su relación con el Papa. Un oficial del servicio de seguridad del Vaticano, el preferido de Montini, también disfrutó de la autorización para entrar y salir a placer del apartamento del Papa, usando el ascensor privado, y en mitad de la noche.
El Padre Georges de Nantes, fundador de la Liga de la Contra-Reforma católica, en su número de Junio-Julio 1969 de The Catholic Reformation in the XXth Century, refuerza las acusaciones de homosexualidad en contra de Pablo VI. Apoyándose sobre los escritos de Paul Hoffman, se refiere a un cardenal no italiano, “un hombre simpático de ojos penetrantes”, que Pablo VI va a colocar en un puesto clave, y que, en los aledaños del Vaticano, tiene fama de pedófilo. El P. De Nantes refiere un episodio sucedido el 20 de Junio 1963, en vísperas del Cónclave del que saldrá elegido Montini. Un sacerdote de la basílica de San Pablo extramuros (una de las cuatro basílicas mayores de Roma junto con las de San Juan de Letrán, Santa María la Mayor, y San Pedro de Roma), le informa de que la sección Moral de la policía de Milán posee un informe sobre Montini. Años más tarde, el P. de Nantes se dirige a Juan Pablo II en estos términos, acerca de los trabajos preparatorios de la beatificación de Montini: “Tras el escándalo de la elección de un homosexual al trono de san Pedro, que ha envenenado la Iglesia, Ud, Santo Padre, querría exaltar al desgraciado Pablo VI a la gloria de los altares y ofrecer sus huesos como reliquias expuestas a la veneración de los fieles? Esto es totalmente imposible!
En su obra “Vatican II, Homosexuality and pedophilia, Atila Sinke Guimaraes retoma el testimonio de Franco Bellegrandi. El escritor brasileño expone que en Milán, ha sido sorprendido “in fraganti” por la policía local, en una calleja nocturna. El arzobispo frecuenta los burdeles masculinos que allí se encuentran. El exguardia vaticano describe también el proceso de colonización homosexual incoado desde el inicio del Pontificado de Juan XXIII, y que se acentuará bajo el dominio de Montini. Bellegrandi desvela que viejos y honorables empleados del Vaticano son jubilados o colocados en otros puestos, con el fin de hacer sitio para los “cofrades” de Montini. Esclavos de los mismos vicios, otorgan a su vez importantes puestos a sus favoritos, “jovencitos afeminados”. Bellegrandi revela que apenas instalado sobre el trono de san Pedro, Montini se ve sometido a chantaje por parte de la masonería italiana.
MONTINI CONSIENTE  EN ASESINAR A SACERDOTES:
A cambio de su silencio sobre los encuentros secretos del arzobispo Montini en un hotel suizo, para encontrar aquí su amante actor, los masones exigieron al papa la supresión de la tradicional prohibición de la incineración de los difuntos. Pablo VI se apresuró a dar satisfacción a los deseos de las logias. Bellegrandi hace notar que su homosexualidad lo hace vulnerable a las presiones ejercidas por los servicios secretos británicos (MI5) y soviéticos (GRU), ya durante la II Guerra Mundial. El escritor menciona que los servicios secretos británicos y americanos (OSS) no ignoraban nada de sus desviaciones sexuales y que se servían de ellas para obtener su colaboración, con el fin de que hiciera funcionar las redes vaticanas y aliadas. Tras el conflicto, un joven parisino que trabaja como intérprete del Vaticano da testimonio de que los soviéticos también exigen a Montini, en tiempos de Pío XII, que entregue los nombres de los sacerdotes que el Vaticano envía clandestinamente en los años 50 detrás del Telón de acero. En cuanto esos sacerdotes traspasan la frontera, son inmediatamente detenidos por la policía secreta y enviados al gulag, cuando no fusilados ahí mismo. Montino hace transitar informaciones para el Partido Comunista Italiano, cuyo presidente, Palmiro Togliatti, es un buen amigo suyo. Informado de estas fugas, Pío XII destituye a Montini en Noviembre 1954.
No cabe ninguna duda de que Pablo VI desempeña un papel clave en la ascensión del “colectivo homosexual” en el seno de la Iglesia Católica. Su actuar se revela como decisivo en la selección y progreso de varios notorios miembros de la jerarquía eclesiástica católica. Dos años después de su ordenación sacerdotal, en 1952, el futuro cardenal Joseph Bernardin viene a ser nombrado secretario personal del vicario de Charleston, Mons. John Joyce Russell. Entre sus amigos más cercanos, encontramos a Frederick Hopwood, un pedocriminal acusado de un centenar de casos de acoso sexual; Justin Goodwin y Paul F. Seitz, que abondonan el sacerdocio tras ser revelada su implicación en escándalos pederastas. En 1968, Bernardin es elegido Primer secretario general de la Conferencia episcopal americana. Sus más cercanos colaboradores son John Muhig, abiertamente homosexual, John Willig, célebre por esa misma orientación; Michael J. Sheenan, arzobispo de Santa Fe, diócesis conocida como vertedero de clérigos pedocriminales.
En 1972, Pablo VI nombra a Bernardin arzobispo de Cincinnati, (Ohio). Su auxiliar es John R. Roach. Durante decenios, Bernardin y Roach dominan la conferencia episcopal norteamericana; primero directamente, en su cualidad de presidente y secretario, y luego, por medio de clérigos adictos promovidos al episcopado. Cuentan con la ayuda de Jean Jadot, delegado apostólico en los Estados Unidos de 1973 a 1980 por voluntad de Pablo VI. Estos tres prelados tiene la misión de escoger entre los candidatos al episcopado los más acordes con la visión posconciliar de pablo VI, así como de sostener al “colectivo homosexual” con el fin de tapar los escándalos pedofílicos de Bernardin.
JUAN PABLO II NOMBRA AL PEDOCRIMINAL BERNARDIN ARZOBISPO DE CHICAGO.
En 1982, Juan Pablo II nombra a Bernardin arzobispo de Chicago,el cual funda la asociación diocesana de homosexuales, la AGLO (archidiocesan gay and lesbian outreach). Bernardin acalla todos los escándalos sexuales de los sacerdotes de su diócesis. Pero el 30 de mayo 1984, el organista Francis Pellegrini es enontrado muerto en su apartamento, La posterior investigación es conducida por dos investigadores que descubren toda una red clerical de pedófilos y homosexuales en pleno corazón de la archidiócesis de Chicago.
En 1987, intentan en vano comprar a Jeanne Miller, para que no dijera nada en contra del Rev. Robert E. Mayer. Que había abusado en 1983 del hijo de ésta, entonces de trece años. Varias víctimas declaran haber sido abusados y violados por este hombre de iglesia cuando eran adolescentes. Mayer será condenado a 13 años de cárcel. La diócesis de Chicago se declaró sorprendida por tales acusaciones. Sin embargo, en los años 60, en el seminario, Mayer se gana el sobrenombre de Satán debido a sus proclividades sexuales, hasta llegar a escribir sus tesis sobre la masturbación.
En 1989, en otro asunto, pero siempre en el ámbito de las prácticas pedófilas, el Rev. Robert Lutz se ve obligado a presentar la dimisión.
El 12 de Noviembre 1993, el exseminarista Steven Cook acusa públicamente a Bernardin de haberlo violado. La radio vaticana reacciona inmediatamente en defensa del cardenal. El Secretario de Estado Angelo Sodano expresa su apoyo al prelado por parte del Santo Padre, Juan Pablo II. En la reunión de la Conferencia episcopal del 15 de Noviembre 1993, el cardenal recibe la ovación de 300 obispos que demuestran de esa manera su fidelidad al cardenal pedocriminal. El proceso de Bernardin prosiguió, mientras que Steven Cook, enfermo de Sida, y cercano a la muerte, jamás retiró sus acusaciones contra Bernardin.
LOS FUNERALES DE MONS. BERNARDIN EN UNA CATEDRAL MASÓNICA
Ese mismo 12 de Noviembre 1993, una mujer que se presentaba bajo el seudónimo “Agnes” divulga que en otoño 1957, en Greenville, Carolina del Sur, había sido rescatada de una ceremonia satánica rodeada de blasfemias y de perversiones sexuales, en las que participaba John Joyce Russell, obispo de Charleston. La misma “Agnes” acusa al Card, Bernardin de haberla violado cuando sólo tenía 11 años, en el marco de una ceremonia oculta. Su padre, miembro de una secta satánica, había organizado el evento y la había ofrecida como plato fuerte de la ceremonia. Bernardin murió el 14 de Noviembre de 1996. A sus funerales, celebrados en la Holy Name Cathedral de Chicago, adornada con simbología masónica, viene invitado el coro homosexual Windy City Gay Chorus. Perfectamente adecuado para el cardenal más influyente de Estados Unidos, y candidato a convertirse en el primer Papa norteamericano.
En 2002, estalla el escándalo del seminario del Inmaculado Corazón de María, en Winona, Minnesota. Un grupo de prelados ha fundado una red de obispos pedófilos en el interior mismo del seminario. Según el informe de una investigación llevada a cabo por The Roman Catholic Faithful, los implicados son el difunto Bernardin, John Roach, Robert Brom, y un cuarto obispo cuya identidad jamás se llegó a saber. Uno de los seminaristas declara que las actividades homosexuales en el seminario consisten en rituales satánicos. Varios de ellos declaran que el arzobispo Bernardin se presentaba con un joven compañero llamado Steven Cook!
En 1967, Pablo VI nombra cardenal a Terence James Cooke, arzobispo de Nueva York. En 1978, en la diócesis de Brooklyn, se funda la St Matthew Community, una comunidad católica de homosexuales! En sus estatutos entre otros artículos pro-gay, el X estipula que la vida es en unión gay. La St Matthew Community fue miembro de la Catholic Coalition for Gay Civil Rights.
EL CARDENAL WRIGHT: HOMOSEXUALIDAD Y B’NAI B’RITH
El Card. John Wright frecuentó el Pontificio Colegio norteamericano de Roma, en que fue ordenado sacerdote en 1935. Esta institución de enseñanza superior acoge a los seminaristas de la Iglesia Católica Romana, particularmente los procedentes de Norteamérica. En 1943, Wright asumió la función de secretario personal del Card. O’Connell, y del secretario Richard Cushing, que fue consagrado obispo auxiliar cuatro años más tarde. Cushing, que proclamaba que el dogma de la Iglesia “Fuera de la Iglesia no hay salvación” era un absurdo, era designado en 1956 como “hombre del año” por la alta masonería judaica conocida como B’nai B’rith, con la que el homenajeado se gloriaba de tener una estrecha alianza. Em 1957, la sesión de Worchester del mismo B’nai B’rith le otorgó otro premio por sus obras a favor de la comunidad judaica. Mientras tanto, la homosexualidad de Wright era tan notoria que ya no era un secreto para nadie en las diócesis de Boston, Worcester o Springfield.
Guionista y escritor de novela negra, William Riley Burnett (1899-1982) cuenta que su tío, el Rev Raymond Page, sirvió bajo el obispo Wright en Worcester y frecuentaba una casa de vacaciones situada sobre el borde del lago Hamilton, Massachusetts, de la cual Wright era visitador clandestino. Burnett evoca los abominables abusos sexuales a los que Wright sometía a su tío, adolescente, desde 1952 hasta 1955. Bajo el mando de Wright, la diócesis de Worcester adquirió la reputación de ser un paraíso para los sacerdotes pedófilos. Los principales abusos sexuales de los clérigos ligados a Wright habían suscitado inquietantes preguntas sobre sus “artes mágicas” y sobre un importante movimiento ligado a la cábala y al ocultismo, operando en las diócesis de Worcester, Springfield y Boston. ¿Y dotado de una privilegiada relación con el núcleo duro del B’nai B’rith?
En 1959, Wright consigue ser nombrado obispo de Pittsburgh. No bien instalado allí, funda un centro de oratorianos compuesto de sacerdotes y seminaristas, y que se convertirá rápidamente en campo abierto a los homosexuales. El escándalo sólo será descubierto en 1993, muchos años después del anuncio del Concilio por Juan XXIII en 1959. Wright había sido asignado a la Comisión Teológica de la comisión preparatoria del Concilio, con la importante responsabilidad de promover en se seno la “libertad religiosa” y el ecumenismo. Como recompensa, será nombrado cardenal por Pablo VI en 1969. Morirá en Boston en 1979.
Formado por los benedictinos, el arzobispo Rembert George Weakland conoce a Montini en 1956, En 1963, es elegido Padre Abad de Saint Vincent, y más tarde, abad Primado de la confederación benedictina, el 29 Septiembre 1969, del que dimitirá 10 años más tarde para convertirse en arzobispo de Milwaukee. Mientras tanto, Pablo VI lo promovió a consultor de la Comisión para la sagrada liturgia del Concilio Vaticano II.; y en 1977, lo designa como para Milwaukee, dándole la oportunidad de convertirse en el referente del ala más liberal del episcopado norteamericano, y el primer bienhechor del “colectivo homosexual” dentro de la (pseudo) iglesia católica norteamericana.
450.000 DÓLARES POR EL SILENCIO DE UNA VÍCTIMA
El arzobispo Shares es autor del artículo “Who is our Neighbour?” (¿Quién es nuestro prójimo?) , aparecido en el semanal Catholic Herald Citizen del 19 de Julio 1980. Es fundador de la organización Milwaukee Aids Project que promociona el uso de preservativos, la homosexualidad, la sodomía, la masturbación, el sadomasoquismo consentido, los juegos sexuales, la celebración de Misas para homosexuales, la instrucción sexual para los niños pequeños y la puesta a disposición de jeringuillas nuevas para los drogadictos. El 2 de Abreil 2002, con 75 años, presenta su dimisión, que la Santa Sede rechaza. Más tarde, el 23 de Mayo 2002, la cadena ABS News, en Good Morning America, difunde las acusaciones de homosexualidad realizadas por el civil Paul Marcoux abusado por Shares cuando contaba 30 años. La archidiócesis de Milwaukee había propuesto 450.000 dólares a cambio del silencio de Paul Marcoux. La popularidad de la emisión televisiva obligó a la Santa Sede a aceptar la dimisión.
El 17 de Enero 1977; Pablo VI nombra a James S. Rausch obispo de Phoenix. Desde su toma de posesión, los casos de violencias sexuales aumentan. El monje benedictino A.W. Richard Sipe, que estudió en el seminario St. John, Minnesota, frecuentó allí a Rausch, al principio de los años 60. Confirma que tenía “una vida sexual activa”. En 2002, Brain O’Connor, habitante de Tucson, con cuarenta años, hace públicos detalles de los abusos sexuales que Rausch le hizo objeto (haciéndose por entonces llamar Paul), cuando sólo tenía 17 años.
GUILFOYLE NOMBRADO PARA LA CONGREGACIÓN PARA LAS CAUSAS DE LOS SANTOS
En 1964, el obispo George Henry Guilfoyle es consagrado obispo auxiliar de Nueva Ork, En 1968, se convierte en el cuarto obispo de Camden, en el estado de Nueva York. En 1969, Pablo VI lo designa para presidir la Congregación para las causas de los santos. El 10 de marzo 1998, un sacerdote de la diócesis de Camden, Mons. Salvatore Adamo, antiguo director del Catholic Herald, transmite al gabinete jurídico de Stephen C. Rubino una deposición de seis páginas acompañada por otro anexo de ocho páginas. Éste es en realidad la correspondencia que ha mantenido con su superior, el obispo James T. Mc Hugh. Esta documentación revela los trágicos hechos de pedofilia y abusos sexuales verificados en su diócesis, y acusa al obispo de ésta de homosexualidad. Mons. Adamo denuncia al Rev Patrick Wester, ya condenado por dos veces por crímenes pedófilos. Mons. Guilfoyle lo había defendido y lo había tomado como director espiritual.
Francis Mugavero es el quinto obispo de Brooklyn. En 1973, Pablo VI lo nombra consultor del Comité vaticano para la unidad de los cristianos. Miembro del Comité Internacional para las relaciones entre los católicos y los judíos, en 1976, Mugavero publica una pastoral titulada “Sexuality, God’s gift” (Sexualidad, don de Dios) en la que hacía la apología de la homosexualidad.
En 1978, Pablo VI hace de Hubert Hart el sexto obispo de Cheyenne. El primer caso de acusaciones por violencias sexuales se remonta a 1989. En 1969, ya había abusado de un estudiante de Saint Regis, cerca de Pittsburgh. Otra vez encartado por abusos sexuales sobre Kevin Hurter, adolescente de 14 años, el cual, traumatizado, caerá en la droga y el alcohol, hasta su muerte en 1989. En 1993, el obispo delincuente pasará por un período de evaluación psiquiátrica en Sierra Tucson, en Arizona. Pero conseguirá retener la administración de su diócesis. El 21 de Enero 2004, un documento jurídico de 210 páginas en las que cabían nada menos que 75 causas de acusación fue remitido al Procurador Rebecca Randles. Nueve víctimas civiles y dos sacerdotes acusaban al obispo Hart de abusos sexuales. Prueba que éste pertenecía a una red pedófila.
“LA HOMOSEXUALIDAD NO ES PECADO”
El obispo Howard James Hubbard fue ordenado sacerdote en el Pontificio Colegio norteamericano de Roma, En 1977, Pablo VI lo nombra obispo de Albany, capital del Estado de Nueva York. En esta diócesis, al mismo tiempo que el neo-electo va haciendo desaparecer sistemáticamente las representaciones de los dogmas católicos, se van sucediendo una increíble cantidad de escándalos: Sacerdotes que viven como amantes homosexuales, algunos muriendo de sida, una monja lesbiana que se hace inseminar artificialmente, mientras que otro cura se hace una operación de cambio de sexo. En ese ambiente, por supuesto, los abusos sexuales contra menores son legión. En 2004, el obispo Hubbard es abiertamente acusado de homosexualidad con partenaires laicos y clérigos. En 1978, un joven llamado Thomas Zalay ya había tenido que sufrir relaciones no consensuales con el dicho obispo. Éste pretendía que “la homosexualidad no es pecado” pretendiendo convencer con ello a su víctima. También él traumatizado, Thomas Zalay se suicidará en Febrero 1978. El mismo año, en el curso de una conferencia de prensa, otro joven denunciará haber sido objeto por dos veces de abusos sexuales en el Washington Park. La esposa de un policía que trabaja en el Departamento de Policía de Albany refiere cómo su marido sorprendió al dicho sujeto en un coche dentro del mismo parque, con un chico vestido de mujer. Un sacerdote tradicional, el P. Minkler, acusa al obispo de ser el jefe de una red homosexual que opera en la diócesis de Albany. Sostiene que sacerdotes homosexuales son vistos regularmente en los ambientes gays de la ciudad. Cita las relaciones del obispo Hubbard con dos jóvenes sacerdotes, de vacaciones en la costa este, en Cape Cod, en compañía del obispo M.H. Clerck. Tras la recepción del informe Minkler, el cardenal O’ Connor propondrá en vano a Juan Pablo II privar a Hubbard de sus funciones.
JUAN PABLO II SE NIEGA A EXPULSAR A UN PEDOCRIMINAL
No cabe ninguna duda de que las actividades homosexuales de Pablo VI han contribuido al aumento de los casos de crímenes pedófilos en el seno de la jerarquía eclesiástica.
De entre los tres cardenales con los que el joven D. Luigi Villa mantenía contactos con el fin de combatir los ataques de la masonería, Pietro Palazzini (que hemos mencionado al principio de este documento) comunicaba al Vaticano los documentos más delicados. Antes de su muerte en el año 2000, afirma que tenía dos archivadores enteros dedicados a documentar las derivas sexuales de Pablo VI. Los más singulares venían constituidos por una docena de documentos de l’Ovra (la policía secreta de Mussolini) sobre la perversidad de Montini, sostituto para los asuntos ordinarios de la Santa Sede desde 1937.
Cuando, en Mayo 1992, en el curso de la 35º asamblea de los obispos italianos, Camillo Ruini, Cardenal-Vicario emérito de Roma, publicó un edicto sobre la beatificación de Pablo VI, don Luigi Villa llamó al Card. Palazzini, pidiéndole que interviniera ante el Postulador, oficial encargado del proceso de beatificación. El cardenal informó a Don Luigi Villa de que ya había enviado una carta, en la que se comunicaban los nombres de los tres últimos amantes homosexuales de Pablo VI. D. Luigi Villa dirigió una carta al Postulador: “El Card. Palazzini me ha comunicado los nombres de los tres últimos amantes homosexuales de Pablo VI”. Dado que el Postulador había anunciado su intención de proseguir los trabajos que debían culminar en la beatificación, don Luigi Villa anunció que redactaría un libro sobre ese personaje, cuya versión francesa, aparecida en 1999 se titula “Paul VI, Bienheureux?”. Con su valentía y perseverancia, impidió momentáneamente que se introdujera la causa de beatificación de Pablo VI, el “gran amigo” de Jean Guitton, como así lo escribía D. Luigi Villa.
BENEDICTO XVI Y LOS ACRÓBATAS DEL GAY CIRCUS
El 20 de Diciembre 2012, un mes después de la muerte de D. Luigi Villa, Benedicto XVI promulgó los decretos que reconocían las “virtudes heroicas” de Pablo VI. ¿Cómo extrañarnos? El 15 de Diciembre 2010, Benedicto XVI, en el curso de su audiencia hebdomadaria, admira con franca satisfacción un espectáculo acrobático ejecutado por personas especialmente seleccionadas por su sensualidad y homo-erotismo. Los cuatro hermanos Pellegrini que se muestran con el torso desnudo en la sala Pablo VI (presidida por la bien conocida escultura satánica que domina el sillón “papal”), habían participado en 2008 al Gay Circus de Barcelona.
El Vaticano intenta ahora atribuir a Pablo VI un milagro, con el fin de poder justificar su beatificación. El Postulador, P. Antonio Marrazzo, habría escogido el caso de un niño norteamericano todavía no nacido, y cuya madre, sabedora de que por la malformación congénita de su cerebro, no podría sobrevivir, habría confiado su supervivencia a la intercesión de Pablo VI, hace 16 años.!!! ¡Mons. Guilfoyle, pedocriminal perteneciente a la Congregación para las causas de los santos, no habría elegido mejor!
Así cuenta la prensa francesa esta proyectada Beatificación de Montini:
“Está claro que Benedicto XVI, que ya ha beatificado a Juan Pablo II en 2011 y que tiene una gran admiración por Pablo VI, estará personalmente muy feliz de poder proceder a la beatificación de este refinado intelectual en el que se reconoce plenamente.” (Le Figaro). “Papa de aperturas cuyo pontificado fue agitado por las controversias posconciliares, Pablo VI vería recompensado por Benedicto XVI su valiente servicio de quince años. Sus “virtudes heroicas” han sido reconocidas el jueves, primer paso hacia la beatificación. Treinta y cuatro años después de su muerte, Benedicto XVI ha firmado el decreto que proclama “venerable” a este Papa italiano de frágil estampa y grave rostro” (Le Parisien).
LAURENT GLAUZY

sábado, 19 de outubro de 2013

Novena pelas almas do purgatório.

Novena pelas Almas do Purgatório

(Pelo Pe. Victor Jouet, M.S.C.,Fundador da Associação do Sagrado Coração para alívio e libertação das Almas do Purgatório)
Prática Quotidiana
[Nove dias seguidos ]
Um pequeno passeio peloPurgatório em companhia do Sagrado Coração, rezando a Novena das Almas.
almas-do-purgatorio
Vós fazeis tantas vezes passeios, daqui para ali, pela imaginação e pelo coração, inúteis freqüentemente, prejudiciais às vezes. Este que vos é agora indicado figurará entre os úteis passeios e vos ajudará a reparar os que não o foram. Será o tempo de um pensamento sério, de um ato de fé, de zelo, decaridade, duma oração jaculatória. Por modesto e pequeno que seja, não deixa de ser uma volta completa em sua largura e em sua profundidade. O relâmpago mais rápido ilumina, um instante ao menos, a sombria prisão. A brisa mais leve é sempre dum grande alívio na atmosfera abrasadora… É portanto muito fácil algum sufrágio a qualquer pessoa, por toda parte, a toda hora, em qualquer circunstância
Excelência desta prática: 
. . .Ela corresponde ao desejo do Sagrado Coração: Santa Margarida Maria nela resume as diversas práticas sugeridas por ela às suas noviças, às quais dizia: “Eis,minhas amadas Irmãs, o modo que me parece ser mais conforme ao desejo do Sagrado Coração de Jesus. Assim executareis mais fielmente a promessa que fizestes a Ele em favor das almas sofredoras do Purgatório”.
Atos Preparatórios
(orações iniciais para todos os dias da novena)
Oração: Ó santa Margarida Maria, a que Nosso Senhor escolheu para estabelecer e propagar por toda parte como uma fonte inesgotável de graças, a devoção a seu divino Coração, vós que tendes ouvido as almas do Purgatório pedir-vos este remédio novo tão salutar em seus sofrimentos, e que tendes libertado por este meio uma multidão dessas pobres prisioneiras,obtende-nos a graça de executar santamente essa piedosa prática dum passeio pelo Purgatório, em companhia do Sagrado Coração de Jesus rezando a novena pelas almas.
União de Intenções: com os fiéisque realizam, diariamente, este santo exercício, naIgreja titular da Obra, situada em Lungotévere Prati. -Roma.
Consagração do dia: Ó divinoCoração de Jesus, ao fazer em vossa companhia estepasseio pelo Purgatório, nós vos consagramos tudo o quefizermos e esperamos fazer de bem, com o socorro de vossagraça, durante este dia, e vos pedimos que apliqueis osvossos méritos em favor dessas almas sofredoras. E vós,santas almas do Purgatório, empregai ao mesmo tempo todoo vosso poder no sentido de nos obterdes a graça deviver e de morrer no amor e na fidelidade ao SagradoCoração de Nosso Senhor Jesus Cristo, correspondendo,sem resistência, a seus desejos sobre nós. Amém.
Oferecimento: Pai Eterno, nós vosoferecemos o sangue, a paixão e a morte de Jesus Cristo,as dores da Santíssima Virgem e as de São José, pelaremissão de nossos pecados, pela libertação das almasdo Purgatório e pela conversão dos pecadores.
Invocação: Amado seja por todaparte o Sagrado Coração de Jesus! Eternamente.
Nossa Senhora do Sagrado Coração, rogai por nós epelos falecidos.
São José, exemplo e padroeiro dos amigos do Coraçãode Jesus, rogai por nós e pelos falecidos.
Prelúdio: Desçamos um instante pelo pensamento, com o amor do Coração de Jesus e a abundância de suas graças ao Purgatório!
1. Quantas almas vêm nesse momento iniciar aí o seu doloroso cativeiro!
Como elas são felizes! Livraram-se do inferno para sempre… estão certas de que chegarão à suprema felicidade… são as amigas de Deus… estão salvas!…
Como elas estão tristes! Acham-se cobertas de mil imperfeições… de muitas penas temporais devidas aos restos dos pecados perdoados… exiladas por um certo tempo de sua pátria celeste… obrigadas à purificação.
2. Que santa legião quase inteiramente purificada se prepara hoje mesmo para entrar no céu! Felicitemo-las, demos a elas o derradeiro sufrágio que apressará em alguns instantes a sua festiva partida, digamos a elas que se lembrem de nós no reino eterno.
3. Que multidão se encontra aí encarcerada já há tempo, e que aí permanecerá ainda por longo prazo!
São almas desconhecidas, almas abandonadas, almas de seculares, de religiosos, de sacerdotes, almas que nos são caras.
Contemplemo-las, ouçamos seus gemidos, dirijamos a elas uma palavra de amizade e de compaixão, prestemo-lhes assistência!

Oração do dia

Oração pelas Almas
. . .Senhor Jesus,dignai-vos, pelo sangue precioso que derramastes no Jardim das Oliveiras, socorrer e livrar as almas do Purgatório, principalmente a mais desamparada. Levai-a hoje para o céu, a fim de que, unida aos Anjos e à vossa Mãe Santíssima, ela vos bendiga para sempre.Amém.
. . .Senhor Jesus, pelo sangue precioso que derramastes durante vossa flagelação, dignai-vos socorrer e livrar as almas do Purgatório, principalmente a que em vida me fez mais benefícios. Levai-a hoje para o céu, a fim de que,unida aos Anjos e à vossa Mãe Santíssima, ela vos bendiga para sempre. Amém.
. . .Senhor Jesus, pelo sangue precioso que derramastes durante vossa coroação de espinhos, dignai-vos socorrer e livrar as almas do Purgatório, principalmente a que mais amou a Santíssima Virgem. Levai-a hoje para o céu, a fim de que unida aos Anjos e à vossa Mãe Santíssima, ela vos bendiga para sempre. Amém.
. . .Senhor Jesus, pelo sangue precioso que derramastes carregando vossa cruz,dignai-vos socorrer e livrar as almas do Purgatório,principalmente a que sofre pelos maus exemplos que lhe dei. Levai-a hoje para o céu, a fim de que unida aos Anjos e à vossa Mãe Santíssima, ela vos bendiga para sempre. Amém.
. . .Senhor Jesus, pelos merecimentos do sangue precioso contido no cálice que apresentastes a vossos apóstolos depois da Ceia, dignai-vos socorrer e livrar as almas do Purgatório, principalmente a que foi mais fervorosa com o Santíssimo Sacramento do Altar. Levai-a hoje para o céu, a fim de que unida aos Anjos e à vossa Mãe Santíssima, vos bendiga para sempre. Amém.
. . .Senhor Jesus, pelos méritos do sangue precioso que emanou de vossas chagas,dignai-vos socorrer e livrar as almas do Purgatório, principalmente aquela a quem me confiastes na terra. Levai-a hoje para o céu, a fim de que unida aos anjos e à vossa Mãe Santíssima, ela vos bendiga para sempre. Amém.
. . .Senhor Jesus, pelosméritos do sangue precioso que saiu do vosso sagradoCoração, dignai-vos socorrer e livrar as almas doPurgatório, principalmente a que mais propagou o cultodo vosso Sacratíssimo Coração. Levai-a hoje para océu, a fim de que unida aos Anjos e à vossa MãeSantíssima, ela vos bendiga para sempre. Amém.
. . .Senhor Jesus, pelosmerecimentos de vossa adorável resignação sobre aCruz, dignai-vos socorrer e livrar as almas doPurgatório, principalmente a que mais padece por minhacausa. Levai-a hoje para o céu, a fim de que unida aosAnjos e à vossa Mãe Santíssima, ela vos bendiga parasempre. Amém.
. . .Senhor Jesus, pelosméritos das lágrimas que a Santa Virgem derramou aospés de vossa cruz, dignai-vos socorrer e livrar as almasdo Purgatório, principalmente a que vos é mais cara.Levai-a hoje para o céu, a fim de que, unida aos Anjos eà Vossa Mãe Santíssima, ela vos bendiga para sempre.Amém.
Oração às Almas
. . .Almas Benditas do Senhor, vós que estais na intimidade de Deus nosso Pai e ansiosas aguardais a hora abençoada em que as portas do céu se abram para vós, ouvi a nossa súplica.
. . .Vós, que no convívio com os homens experimentastes as angústias e as aflições desta terra e hoje estais na expectativa de gozar da mais plena felicidade da vossa união com Deus, pedi ao Pai alívio para os nossos sofrimentos e coragem para prosseguirmos em nossa caminhada para a casa do Pai.
. . .Vós, que nesta vida colocastes vossa mão trêmula e fraca na mão forte e segura de Jesus Cristo, que caminhastes lado a lado com Ele através dos anos da vida terrestre e que hoje estais na feliz companhia do Nosso Salvador junto ao Pai, fazei que o Coração de Jesus infunda confiança e paz em nosso coração e ilumine nosso espírito com sua divina sabedoria para que possamos caminhar tranqüilos nas estradas tortuosas desta vida até juntarmo-nos a Vós no banquete celeste com a Virgem Maria e com todos os Santos. Amém.
. . .Almas santas e benditas, rogai a Deus por nós, que rogaremos a Deus porvós; alcançai para nós os favores que vos suplicamos… e que Deus vos dê repouso e luz eterna. Amém.